Héctor Rául Figueroa, un taxista de 43 años, fue ejecutado a tiros en la noche de este martes en la zona sur de Rosario, un crimen que llevó a la paralización temporal del servicio de taxis en la ciudad santafesina.
El chofer, según confirmaron fuentes de la investigación, llegó al lugar donde fue asesinado al ser llevado por un pasajero, que viajaba en el asiento delantero de su Fiat Cronos. El autor de los disparos, de acuerdo a la investigación que lleva adelante el fiscal Patricio Saldutti, fue un tercero que estaba a pie, se puso al lado de la ventanilla de Figueroa, y abrió fuego directamente. Por lo pronto se descarta el homicidio en ocasión de robo, ya que en el auto se encontró el morral de la víctima con dos billeteras y el celular.
El crimen ocurrió en Flammarion al 5100. Allí, el Comando Radioeléctrico encontró el cuerpo de Figueroa dentro del Cronos con al menos 16 heridas de arma de fuego en la cabeza, cuello y tórax -orificios de entrada y salida-, nueve vainas servidas calibre 9 milímetros y una zapatilla que, según se presume, se le salió al pasajero que se fue corriendo del lugar.
Por los impactos tanto en la ventanilla del conductor como del acompañante, en un primer momento la Policía creyó que habían disparado tanto el pasajero como el tercero que se puso al lado del chofer. Sin embargo, después de varias medidas solicitadas a la División Homicidios de la Policía de Investigaciones, se pudo determinar que hubo un solo tirador.
De la escena del homicidio surgieron varias preguntas para la causa. En primer término, ¿por qué el pasajero iba en el asiento delantero? En segundo lugar, ¿por qué al llegar al punto de destino Figueroa apagó el motor del auto?
Si bien se presume que el pasajero habría sido un “entregador”, no cierra en la investigación que se haya puesto en riesgo yendo en la parte delantera del vehículo. De todos modos, ya se obtuvieron testimonios que aseguraron que el pasajero huyó con el sicario en dirección a las vías del ferrocarril que están a la altura de la calle Margis.
Ahora, lo que debe establecer el fiscal, sobre la base del relevamiento de cámaras públicas y privadas, es dónde tomó Figueroa al pasajero para eventualmente identificarlo.
Figueroa se convirtió en el tercer taxista asesinado en Rosario en un mes. El 13 de febrero pasado, el conductor José Luis Assale (63) trasladó al pasajero Carlos Uriel Acosta (22) desde la ciudad de San Lorenzo hasta Necochea y Doctor Riva, en barrio Tablada de Rosario. Cuando frenó su auto, un Fiat Siena, aparecieron sicarios que realizaron diez disparos que causaron la muerte de ambos.
El 16 de febrero, Juan Manuel Britos limpiaba su coche en la puerta de su casa, en Villa Banana. Dos gatilleros en moto le dieron 29 tiros que impactaron en las piernas, en el cráneo, en los brazos, espalda y toráx.
Britos había tenido custodia policial en la puerta de su casa por dos ataques a tiros ocurridos en febrero del año pasado, pero dicha medida de seguridad había sido levantada hace aproximadamente cinco meses, aunque no se conocieron los motivos de esa decisión.
Al momento de las balaceras de febrero de 2023, el taxista había relatado en Radio 2 que los pistoleros que habían disparado contra su propiedad en dos oportunidades le habían dejado papeles firmados por “La mafia” donde le pedían que dejara el inmueble. “No tengo dónde ir, no tengo cómo alquilar”, había señalado en aquella entrevista radial. Por la trascendencia del caso incluso el intendente Pablo Javkin llegó a visitarlo y filmó un video que posteó en sus redes sociales para solicitar que cuiden a la familia de Britos.