Dolor, bronca, una profunda tristeza y resignación sienten los familiares del hombre que asesinaron a balazos para robarle la moto pese a que había rogado que no le disparen alegando tener dos hijos.
Melisa, concuñada de la víctima, identificada como Sebastián Villarreal, de 46 años, manifestó entre lágrimas: “Hay un montón de personas con tanto dolor, miedo, ira. Ira de decir ‘te entregué la moto, te pedí que no me mataras, te dije que tenía hijos y lo mataron igual’”.
En declaraciones a Noticiero Doce, la mujer se preguntó “¿cómo se sigue?, ¿va a mejorar la inseguridad?, ¿pensamos en un futuro sin miedo a salir?”. Y lamentó: “Ya no hay esperanza”.
En diálogo con el mismo medio, Ricardo, cuñado del hombre asesinado, agregó: “Ya no les importa nada, lo mataron como un perro”. “No les importa nada porque las condenas son leves”, continuó apuntando a los delincuentes y a las fallas de la Justicia.
Ricardo definió a Sebastián como un padre que “se la pasaba trabajando y con los chicos”. “La bronca que nos queda es que nos quedamos con un montón de ganas de compartir cosas, mi hermana la estaba pasando muy bien con él”, lamentó.
Hay dos sospechosos identificados como presuntos autores del crimen que están siendo buscados por las autoridades judiciales. La causa quedó a cargo del fiscal de instrucción Andrés Godoy.
El subjefe de la policía provincial, comisario Alejandro Mercado, quien estuvo en el lugar del hecho, le adjudicó al consumo de drogas el hecho de que los ladrones no hayan tenido ningún tipo de misericordia con su víctima. No obstante, reconoció un agravamiento en los episodios de inseguridad y admitió que son cada vez más violentos. “No tenemos antecedentes de cómo los delincuentes están trabajando”, sostuvo.
El caso
Villarreal fue asesinado ayer a la mañana por dos motochorros que lo interceptaron a la salida de su casa para robarle la moto. Los ladrones, según los primeros datos de la investigación, le dispararon dos veces en el pecho. Según contó a una vecina, la víctima les suplicó a los delincuentes que no lo mataran. “Tengo dos hijos, no me mates por favor”, dijo.
El violento hecho ocurrió sobre la calle Fulgencio Montemayor al 2.300, del barrio Yofre Norte, segundos después de que el hombre saliera para ir a trabajar a una empresa de plásticos de la ciudad. Luego de matarlo a sangre fría, los asesinos huyeron en las dos motos.
“Yo me estaba por levantar, y escuché que había ruidos en la calle. Que pedía Sebastián el vecino fallecido, pedía que no lo mataran porque tenía hijos. Yo golpeaba la ventana, para ahuyentarlos, se escuchó dos disparos. Salimos y estaba tirado en el piso, con pocos signos de vida”, dijo la vecina a Radio Mitre Córdoba.
De acuerdo con la misma mujer, Villarreal vivía solo con sus hijos. Lo describió como un “padre de familia, una persona tranquila, buena y trabajadora”.
En línea con los testimonios de las personas que lo conocían, el hombre tenía horarios rotativos en su trabajo. Sin embargo, durante el día regresaba a ver cómo estaban y “que estuviera todo en orden”.
En ese sentido, resaltó que la víctima “era una excelente persona, trabajador y padre”. Fanny, otra vecina, también dio más detalles a medios locales y su relato estremece aún más, ya que contó los instantes posteriores a que los delincuentes huyeran con la moto mientras la víctima quedó tirada en el piso.
“Todavía tenía el casco no le veíamos dónde estaba herido. Tenía 45 años y dos hijos jóvenes. Los chicos estaban a la par de él cuando estaba herido. Le pedían por favor papá, no te rindas. Aguantá un poquito más”, dijo en diálogo con La Voz del Interior.
Olga, suegra de la víctima, también dio declaraciones a la prensa. Además de lamentar el hecho y recordarlo a Sebastián, la mujer se mostró visiblemente afectada. “El barrio está muy complicado. Es terrible”, dijo la familiar en diálogo con El Doce.