Una mujer de 24 años que estaba embarazada de 40 semanas y no lo sabía acudió al Hospital San Roque de la localidad de Jáchal, en San Juan, con dolores en distintas partes del cuerpo. Según denunció, se le informó erróneamente que padecía un tumor abdominal cuando, en realidad, estaba en trabajo de parto. El bebé murió. Ahora, la Justicia intervino de oficio e investiga qué sucedió en una causa que podría enmarcarse en un caso de violencia obstétrica.
El caso ocurrió el 5 de febrero pasado, pero recién se dio a conocer este lunes, a través del portal local Zonda Diario. Según pudo saber Infobae, de fuentes con acceso al expediente, todo comenzó el domingo 4 de febrero, cuando la víctima fue a la guardia del Hospital San Roque con “cólicos”.
“Me pusieron suero, antibióticos y decidieron internarme por dolores ‘estomacales’. A las 22 me llevaron a realizar una prueba de embarazo, la cual dio negativa. Ese testeo, según las enfermeras, era efectivo”, describió F.A. ante los efectivos de la Comisaría 21°, donde radicó la denuncia.
Al día siguiente decidieron hacerle una ecografía, pero como no había personal en dicha área, se le practicó una radiografía. Tras ese estudio, siempre según el relato de la mujer, el médico le aseguró que tenía un tumor en el abdomen. Sin embargo, en una interconsulta, decidieron llamar a ginecólogo, quien constató que se trataba de un embarazo.
En medio del shock, F.A. fue trasladada a una sala donde, finalmente, le realizaron un ultrasonido. “Ahí sentí latir el corazoncito de mi bebé. Le pregunté a la enfermera si esos eran sus latidos y me dijo que sí. El doctor decidió hacerme tacto una vez más y me llevaron al quirófano. El bebé nació a las 11. Pedí verlo, pero el médico se lo entregó rápidamente a la enfermera. Después, me dieron la noticia de que había fallecido”, contó la víctima al portal local.
¿Qué fue lo que pasó? Una fuente del caso resume lo ocurrido. “La hipótesis que manejamos es que cuando la mujer fue a internarse estaba en pleno trabajo de parto y no lo sabía, porque no sabía que estaba embarazada”, explicó a este medio.
Además, detalló que la mujer tenía una disfunción de la glándula tiroides y hacía cuatro años que no menstruaba de manera regular. “Ella creía que no podía tener hijos. Por otro lado, el test que le hicieron los médicos, de orina, dio negativo”, agregó.
El cuerpo del recién nacido fue trasladado a la morgue judicial donde le practicaron la autopsia. El informe reveló que la criatura falleció por “muerte intrauterina”. Además, tenía un hematoma subdural en el cráneo.
“Lo que ocurrió es que pasó mucho tiempo encajado en el canal de parto sin poder nacer. Cuando se dieron cuenta, por la ubicación que tenía, ya no podían practicarle una cesárea, así que usaron fórceps, lo cual podría haberle causado el hematoma”, describió una fuente con acceso al expediente.
La autopsia determinó que el bebé era de, aproximadamente, 40 semanas. Pesaba 3,400 kilos y medía 51 centímetros.
El caso, que podría estar enmarcado dentro de los que se conoce como violencia obstétrica, lo lleva adelante la Unidad Fiscal de Norte de la 2° Circunscripción de la Provincia de San Juan, a cargo de Sohar Aballay. Según supo este medio, entre las medidas de rigor dispuestas por el funcionario judicial, se tomaron declaraciones testimoniales a la víctima, sus familiares y el personal médico que la atendió. También se secuestró la historia clínica de F.A.
Por el momento, la causa se investiga como “averiguación por fallecimiento”, aunque podría cambiar en los próximos días. Es que el próximo lunes Aballay realizará una pericia con médicos forenses de delitos especiales, a los que también se sumarán los profesionales que realizaron la autopsia del niño.