La imagen fue un shock pre-electoral, una de las más memorables en los días de cacería oficial al dólar libre antes de las presidenciales de 2023, cuando la AFIP y la Policía Federal montaron una escalada contra financieras a lo largo de la Ciudad. Todos recuerdan a Ivo Rojnica, alias “El Croata”, con su megacueva con 15 máquinas de contar billetes pero todos también recuerdan a esta imagen, la del hombre de los dólares en el Barrio Chino.
Ocurrió a mediados de octubre pasado. Y.W parecía tener una armadura literalmente hecha de plata cuando el Departamento Delitos Fiscales de la Federal lo arrestó junto a dos compatriotas. Llevaba 710 mil dólares embalados con cinta atados al pecho, como si fueran una versión crocante del cinturón utilitario de Batman. Así, lo desvistieron y contaron los billetes, uno por uno.
La foto recorrió WhatsApp ese día, otras redes sociales. Muchos se preguntaron quién era Yongguo. Nacionalizado en el país con DNI argentino, número 94 millones. Y.W, de 51 años, era un ex monotributista, inscripto en los rubros de pinturería y decoración de la AFIP. No tenía información bancaria registrada al momento del hecho, como por ejemplo, un número de CBU a su nombre. Tampoco declaraciones juradas presentadas. Sin embargo, tenía el valor de cuatro departamentos dos ambientes atados al pecho.
Terminó con una causa a cargo del juez federal Marcelo Martínez de Giorgi. Al día siguiente, la Federal volvió al Barrio Chino para allanar una cueva, controlada por un hombre acompañado de un canario en una jaula.
Hay varias historias más, con otros vínculos.
De vez en cuando, otra mujer oriunda de China, de 54 años, vecina de Flores, tiene que reportarse al Juzgado Federal N°2 de San Martín de Alicia Vence, secretaría de Hernán Roncaglia. Pidió permiso para irse de visita a su país a comienzos de enero, que le fue concedido. Por lo pronto, se encuentra imputada por un delito penal cambiario, lo que podría garantizar que la causa pase de fuero.
Pero la mujer está acusada de ser la cuevera de “Mameluco” Villalba, el capo narco más grande de la historia del Conurbano bonaerense, el dueño del negocio en las villas de San Martín capaz de facturar $22 millones por día y de la cocaína cortada con carfentanilo que mató a 24 consumidores.
La mujer, ex beneficiaria de varios planes sociales del ANSES, registrada en los rubros inmobiliarios de la AFIP, operaba, según escuchas, la cueva financiera sobre un supermercado asiático en la calle Nazca donde dos hampones del capo llegaban todos los días -a veces, con dos visitas diarias- para llegar con bolsos de pesos y llevarse dólares, la moneda con la que comercia el mercado narco. La mujer fue escuchada en negociaciones activas: cerraba y marcaba los precios del día. Había dólares, euros, reales, lo que sea.
Hay fiscales, secretarios de juzgados federales, comisarios y subcomisarios que notan las coincidencias. Hay cada vez más expedientes de ciudadanos chinos involucrados en movimientos turbios de dólares. Esta semana, el fiscal Alejandro Musso en San Isidro ordenó allanar un supermercado de la comunidad en Liniers: el comerciante que lo controlaba estaba acusado de ser el intermediario en un rulo para recibir el dinero de una estafa. Ese comerciante escapó a China antes de ser allanado. Por su billetera digital en un célebre exchange de criptomonedas, sostienen fuentes judiciales, habrían pasado 79 millones de dólares.
Los montos en estas causas son siempre grandes. Y la liquidez es obvia: siempre hay efectivo. ¿Qué pasa entonces? ¿A qué se debe esta nueva era de cueveros e intermediarios asiáticos en el mundo del hampa? Simple. No solo se debe a un cambio de época en las mafias: se debe a un cambio de época en el país. Un funcionario clave en estas investigaciones arriesga una teoría. Las importaciones son la clave.
“La comunidad asiática tuvo mucha facilidad en los últimos años para traer dinero desde China al país mediante las importaciones. Esto generó que la comunidad vaya detrás de los negocios con divisas. ¿Qué van a hacer con esos dólares? Simple, van a timbearlos. Y esto, el Gobierno anterior lo sabía. Es un negocio simple y rendidor”, arriesga una alta fuente en la Justicia federal.
Ese flujo de dinero queda por probarse en las diversas causas judiciales que interesan a fiscales como el sanisidrense Musso, expedientes diseminados a lo largo de varios fueros, dónde empieza un dólar y dónde termina. Si hay jugadores conocidos de las mafias chinas en el país involucrados en el rubro también queda por verse.
Mientras tanto, conocedores del mundo del hampa relatan episodios dentro de la comunidad donde asiáticos le roban a otros en giros de dinero a China, usualmente dinero negro que casi nunca es denunciado. El financista toma la plata, no la manda y se niega a devolverla.
Ese es otro punto. La comunidad tiene financieras como también tiene financistas. Ma Hai, o “Mariano”, era un operador de elite, con una oficina en la calle Oro en Palermo. Uno de sus presuntos clientes fue un brazo local del Comando Vermelho de Brasil, una de las mayores narcobandas armadas en América del Sur.
La Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Federal lo detuvo en septiembre pasado. Según las propias cuentas de la Justicia federal, en una causa a cargo de Sandra Arroyo Salgado, fue el engranaje clave para transformar en bitcoins 5 millones de dólares de la organización, según se determinó en el expediente, donde varias cuentas en el exchange Binance fueron bloqueadas.
Los movimientos datan, por lo menos, desde 2015, con acreditaciones en bancos y billeteras virtuales.
Su principal vínculo fue el brasileño Marcelo Clayton Alves de Souza, ex vecino de la calle Los Mimbres en Nordelta, que continúa prófugo en la causa junto a su pareja, Naly Piris. La PFA fue a buscarlo a una oficina en Corrientes y Esmeralda que, descubrieron, había abandonado hace meses. Precisamente, en una billetera cripto encontrada en Nordelta se halló el rastro de 5 millones de dólares que Ma Hai habría transferido. No es lo único. También señalaron al financista por comprar autos como un BMW y un Mini Cooper y propiedades en el emprendimiento Terravista de General Rodríguez.