Un delincuente narco del partido de Pérez, Santa Fe, que cuenta con un amplio historial judicial, fue detenido por extorsionar, junto a dos cómplices, a un empresario del rubro de los boliches, que a mediados de enero, empezó a recibir mensajes en donde le exigían dinero a cambio de “protección”. La Justicia dispuso que permanezca bajo prisión preventiva.
El arresto se efectuó el sábado pasado tras la realización de cinco allanamientos solicitados por el fiscal Franco Carbone, que terminaron de desbaratar a la banda. De esta forma, durante una audiencia que tuvo lugar el día martes, Walter “Negro” Rivero (56) fue imputado por Carbone, ante el juez Gonzalo Fernández Bussy.
En la misma audiencia fueron acusados formalmente sus cómplices, Matías A. (28) y Gisele “Flaca Buji” Z. (35). Los tres bajo el mismo delito: la ejecución de una maniobra extorsiva durante los meses de enero y febrero, que tuvo como objetivo causar un “perjuicio patrimonial de una víctima, que fue intimidada con exigencias de dinero en efectivo a cambio de abstenerse a efectuar ataques en su contra”. En lo inmediato, González Bussy dispuso la prisión preventiva efectiva para ambos hombres por seis meses, y domiciliaria para la mujer por el mismo plazo.
Según especificó el medio local Rosario3, la maniobra comenzó el 11 de enero cuando Matías A. se comunicó por primera vez a través de una llamada de WhatsApp con un joven organizador de eventos nocturnos de la localidad de Zavalla.
En la comunicación, le exigió el pago de 5 millones de pesos a cambio de su protección, de lo contrario efectuarían disparos contra su domicilio. Inclusive para generar más temor, el agresor de la fachada de su domicilio, que había sido configurada para verse una sola vez.
Ante esta inquietante situación, el joven le contestó y, luego de unos breves intercambios, decidió bloquearlo. Este accionar parece haber molestado al Matías A., por lo que a los pocos días decidió visitarlo en su casa, junto a sus dos cómplices.
Según la Fiscalía, intimidaron al empresario de manera “poco amistosa” con el fin de pedirle el dinero. En tanto, las últimas amenazas, fueron llevadas a cabo el 12 de febrero por la mujer, quien llamó al teléfono de un familiar de la víctima.
Con esta situación, el 17 de febrero, personal de la Policía de Investigaciones allanó cinco domicilios en Pérez, lo que terminó con la detención de los sindicados.
El narcotráfico, las amenazas y los ajustes de cuenta crecen en Rosario
Hace varios meses inició en Rosario una mecánica de amenazas acompañadas de mensajes intimidatorios que terminan en balaceras a diferentes comercios de la ciudad y otras localidades vecinas. Pese a que se trata de una estrategia implementada por diferentes bandas en la provincia, la mecánica es similar: amenazan a un local y exigen un monto a cambio de “protección”. En algunos casos, los llamados provienen de las cárceles.
Incluso, las organizaciones narcocriminales que operan en Santa Fe iniciaron una acometida contra el gobernador Maximiliano Pullaro, quien recibió reiteradas amenazas contra él y su familia desde que asumió la gestión.
La situación no hizo más que crecer luego de que fortaleció la seguridad en las cárceles, con el objetivo de combatir el narcotráfico y la sobrepoblación en las comisarías.
“Maximiliano Pullaro con los presos no se jode”, decía en los graffitis escritos en la puerta de la Escuela Técnica N° 466 “General Manuel Savio”, situada en las calles Rouillón y White, y el centro de salud llamado “Jean Henry Dunant”, ubicado en Teniente Agneta al 1400. Ambos lugares están a pocas cuadras de distancia, por lo que los investigadores plantearon que los mensajes podrían haber sido escritos por las mismas personas, ya que no solo decían lo mismo, sino que habrían utilizado el mismo aerosol rosa.
Los amedrentamientos contra Pullaro comenzaron a reportarse desde el 13 de diciembre, cuando balearon el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) y dejaron una nota para el funcionario que había asumido el cargo el 10 de ese mes. Sin embargo, la modalidad para infringir miedo y temor es algo habitual en la zona.