El miércoles 14 de este mes, un diseñador gráfico de 50 años y su hija de 15 fueron asaltados en City Bell por una banda que irrumpió en su casa en plena noche. Les robaron diez mil pesos, mil dólares, una computadora, tres celulares. Un vecino fue quien reportó el hecho a la Policía Bonaerense, cuando vio a la banda merodeando por la calle sin disimulo, cinco delincuentes con sus cabezas cubiertas con capuchas, a la vista de todos.
Las cámaras de seguridad de la propiedad que saquearon los filmaron entrando y saliendo. Llegaron a pie y se fueron a pie. Antes, amenazaron a sus víctimas con pistolas. El padre se llevó un golpe de culata en la cabeza. Un médico del SAME le suturó el corte en el cuero cabelludo poco después.
Esos extraños en la noche eran unos expertos: la banda fue acusada de cometer otros diez hechos entre violentas entraderas y escruches a lo largo de zonas como Tolosa y City Bell desde fines de diciembre pasado.
Hoy por la tarde, los efectivos de la Comisaría 10° de City Bell detuvieron a los sospechosos de cometer esta serie de hechos con el apoyo de tropas de asalto, en una causa a cargo de la fiscal Cecilia Corfield, titular de la UFI N°15, con una redada de nueve allanamientos, una banda más en caer en medio de un año caliente de robos en domicilios en la jurisdicción.
Así, cayeron Maximiliano Ferres, changarín según él mismo, su hermano Santiago, marcados con orden de detención. También fueron aprehendidos Mario Saucedo, Gustavo Ferres, Marcelo Valentín Barcos, Elías Córdoba y Santiago Torbay, oriundo de Paraguay, todos ellos mayores de edad.
Les incautaron 340 mil pesos, teléfonos iPhone, aires acondicionados, televisores de 55 pulgadas, un órgano Casio para chicos, un chaleco refractario con la inscripción “Seguridad Lomas de Zamora” para simular falsos operativos y, lo más complicado de todo, la misma ropa que usaron en varios ataques y con la que fueron filmados.
El último ataque que se les atribuye ocurrió el viernes 16 de este mes, también en City Bell. El blanco fue una casa sobre la calle 4. La alerta llegó a través de la línea 911. Siete hampones entraron con pasamontañas, sus manos cubiertas con guantes, a los gritos, pistolas en mano. Las características del hecho y las imágenes de cámaras permitieron vincular a los detenidos con el resto de los asaltos.
Los vincularon a un robo cometido el 4 de febrero -es decir, tres entraderas en un mes-, un ataque a una familia en el barrio Las Araucarias.
Hay una sospecha sobre qué hacían con el dinero: los investigadores que los capturaron creen que, con lo robado en las casas, habrían comprado motos para cometer robos motochorros, una hipótesis que deberá materializarse en la imputación de la fiscal Corfield.