Una mujer colombiana fue detenida en las últimas semanas por la Policía de la Ciudad luego de intentar robar el auto de un jubilado utilizando un inhibidor de señal. Ocurrió en el barrio porteño de Caballito y todo quedó registrado por las cámaras de seguridad de la zona.
Si bien el hecho se conoció este martes, sucedió el pasado 9 de febrero. Aquella tarde, alrededor de las 15.30, los operadores del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) advirtieron, a través de la cámara “Caballito92″, movimientos sospechosos de la detenida, que llevaba una bolsa y un morral.
De acuerdo a las fuentes del caso, la mujer -que estaba acompañada de un hombre que finalmente logró escapar- comenzó a deambular alrededor de un Renault Duster de color gris estacionado sobre la avenida Rivadavia, cerca del cruce con San José de Calasanz.
En las imágenes que ilustran esta nota se observa que el propietario activa la alarma del coche y corre el espero retrovisor antes de retirarse del lugar, mientras, unos metros más allá, la mujer observaba sus movimientos con disimulo, esperando el momento para entrar en acción.
Poco después, la sospechosa apareció en escena por el lado contrario, se acercó al auto y abrió las puertas del conductor y la trasera del mismo lado. Comenzó a revisar en el interior, sin saber que ya estaba bajo la mira: desde el CMU de inmediato dieron alerta a los móviles que patrullaban la zona. Así, en cuestión de minutos al lugar llegaron efectivos de la División Motorizada de la Comuna 6.
La acusada se percató de la presencia policial y quiso escapar a pie. Pero los oficiales la alcanzaron a menos de una cuadra y la detuvieron. Luego la identificaron: se trata de una mujer de 45 años y nacionalidad colombiana, a quien al ser requisada delante de testigos, se le encontró un inhibidor de señal, un teléfono celular, una billetera y un almohadón de color rosa y celeste.
El Juzgado Criminal y Correccional N°1, subrogado por el juez Santiago Quian Zavalía, avaló lo actuado por la fuerza porteña y ordenó el traslado de la imputada como así también el secuestro de los elementos encontrados. Se labraron actuaciones por “tentativa de hurto”.
El modus operandi de robo de autos con inhibidor de señal es una figura repetida en el hampa porteña en los últimos años. La modalidad es simple: el delincuente se hace el distraído, acciona el aparato e interrumpe la señal que va del control remoto de la alarma al auto mientras el dueño del vehículo se va creyendo que lo cerró. En pocos minutos el ladrón ingresa al coche, roba todo lo que puede, cierra la puerta y se va. Cuando el propietario vuelve, encontrará las puertas cerradas como las dejó pero con el interior revuelto y ya sin sus pertenencias.
Los lugares que los ladrones usualmente eligen para realizar los robos son las grandes avenidas. El otro escenario para este tipo de robos son los estacionamientos amplios de cualquier establecimiento comercial, sobre todo, los fines de semana.
Los ladrones suelen estar a unos 40 o 50 metros de distancia del objetivo que marcaron para robar. No necesitan estar más cerca, ya que el dispositivo funciona a distancia. Eso también dificulta la posibilidad de advertir su presencia.
Por lo general, las bandas delictivas suelen usar handys como inhibidores -como es el caso de la mujer de 45 años-. Lo que hace el ladrón es modificar la frecuencia del aparato para “empatarla” con la de las alarmas. Ese “ancho de banda” es internacional y se difunde rápidamente en el mundo de la delincuencia.
Salir a robar con un inhibidor de señales inalámbricas tampoco es algo nuevo en la Argentina. Los ladrones de autos del 2018 heredaron el método de colegas delincuentes más ambiciosos: los piratas del asfalto.