En un trágico accidente doméstico ocurrido en Llavallol, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, un niño de apenas 8 años perdió la vida tras recibir un disparo en el cuello en una fallida maniobra que hizo su tío policía.
La tragedia se desencadenó alrededor de la 1 de la madrugada, en la calle Túpac Amaru al 800 del mencionado distrito sureño, cuando un efectivo de 21 años perteneciente a la Dirección Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, se encontraba de franco y limpiaba su arma reglamentaria, una pistola Bersa calibre 9 milímetros. “El efectivo estaba manipulando su arma cuando, inesperadamente, se produjo el disparo”, confirmaron fuentes policiales a la agencia Télam.
Tras el incidente, el chico fue rápidamente trasladado al hospital de Llavallol en busca de asistencia médica; no obstante, las lesiones sufridas resultaron mortales. La pronta respuesta no fue suficiente para salvar la vida del niño, subrayaron desde el hospital.
Paralelamente, se tomaron medidas disciplinarias y legales contra el policía involucrado y Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense lo desafectó de sus funciones inmediatamente. “El agente se encuentra aprehendido y fuera de la fuerza mientras continúan las investigaciones”, explicaron voceros de seguridad.
El caso está siendo investigado por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 del Departamento Judicial Lomas de Zamora, bajo la carátula de “homicidio culposo”.
La fiscalía a cargo ordenó una serie de acciones para esclarecer los hechos, incluyendo la autopsia del cuerpo del niño, peritajes del arma implicada y un dermotest para detectar residuos de pólvora tanto en el efectivo policial como en la víctima.
“Se han dispuesto todas las medidas necesarias para determinar las circunstancias exactas bajo las cuales se produjo este trágico evento”, señalaron desde la fiscalía, que instruyó la intervención de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) en algunos de estos procedimientos.
El policía integraba la UTOI, una fuerza creada el 31 de mayo de 2017 durante la gestión de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires y que actualmente sigue funcionando bajo la órbita de la Superintendencia de Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE).
Inicialmente, esta unidad policial fue concebida como un cuerpo de “acción táctica”, es decir, como una fuerza especial con entrenamiento, armamento y organización especiales para intervenir en los puntos con mayor índice delictivo de la provincia. Su característica principal es que presenta una capacidad militarizada de actuación y generalmente interviene en barrios populares. Entre las incursiones más conocidas participó del desalojo de la toma de tierras de cientos de personas durante la pandemia en la localidad de Guernica, en el partido de Presidente Perón.
A fines del año pasado, dos bonaerenses de la UTOI estuvieron comprometidos en un caso resonante de Villa Fiorito, cuando uno de los uniformados atropelló y mató a Felipe Bautista Yedro, de 9 años. El otro agente estuvo involucrado en un choque previo, en el que resultó herido el hermano de la víctima de 5 años.