Ayer por la tarde, el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich anunció el resultado del “Operativo L337″, la captura de un sospechoso que “planificaba realizar ataques terroristas en nuestro país”, afirmó el comunicado.
El sospechoso, de 25 años, detenido en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe, había sido capturado por la División Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal, con una causa en su contra por el delito de intimidación pública a cargo del juez federal Aurelio Cuello Murúa y el fiscal Javier Arzubi Calvo. La investigación comenzó tras una alerta de fuentes españolas. Relataba que el joven, identificado como C.M, había relatado en un grupo de Telegram sus intenciones de atacar con bombas su propia ciudad, con atentados de tono islamista.
El Ministerio afirmó que agentes encubiertos de la PFA ingresaron al grupo y “efectuaron una tarea de inteligencia mediante la cual detectaron en la existencia de un usuario de la app Telegram que compartía contenido yihadista”. “En los mensajes mencionaba una amplia variedad de supuestos blancos de ataques terroristas, como personas, iglesias o calles, con explícitas intenciones de llevar a cabo un atentado y sembrar terror en el territorio nacional”, finalizó el texto.
Poco antes del arresto, efectivos de la Federal realizaron tareas encubiertas en el barrio de C.M, una zona de clase trabajadora. Llegaron a su domicilio, una vivienda de una planta, donde vive con su familia. Allí, se encontraron con su abuela: “Está enfermo. Está loco. No sabés lo que sufro por él”, le dijo a los policías que realizaron las tareas de identificación en la zona. El sospechoso se conectó por última vez a Telegram el miércoles 14 por la noche. Luego, lo detuvieron. Le secuestraron una notebook y su teléfono, que podrá ser peritado.
Hoy viernes, C.M está de vuelta en su casa, tras pasar pocas horas en una celda de la Federal.
Para la Justicia, el joven acusado de terrorismo podría ser inimputable. Ya había sido acusado en 2019 del mismo delito, en una situación idéntica: una serie de amenazas realizadas en Telegram, con un expediente a cargo del juez Julián Ercolini y la fiscal Alejandra Mangano, cerrado por su situación mental, según pudo constatar la Justicia federal de Venado Tuerto. La alerta en ese expediente había llegado a través de otra fuente española, la empresa de seguridad International Security Auditors. En Telegram, canjeaba información con otros usuarios, con videos de ejecuciones en Oriente Medio e instructivos de cómo montar una bomba, cosas que se pueden encontrar fácilmente en internet.
Ahora, a C.M “se le está haciendo un informe sobre su situación mental y seguramente será declarado inimputable también en esta causa”, asegura una fuente clave en el expediente a Infobae. C.M todavía se encuentra cubierto por la obra social de su padre, según sus datos previsionales.
Un informe reservado afirma que el joven manifestaba “de manera espontánea” su intención de “llevar a cabo un ataque en Argentina”, precisamente en Venado Tuerto, para bombardear a “apóstatas”, según él mismo.
El reporte español, tras ser recibido por la Federal, llegó a la UFECI, el área de la Procuración ligada a la investigación de ciberdelitos a cargo del fiscal Horacio Azzolin, que hizo los chequeos correspondientes. Se llegó rápidamente a una dirección IP, con dos domicilios. Así, fueron por él.
Los vecinos afirmaron a la Federal que no lo veían mucho. C.M rara vez sale de su casa.
Las detenciones de este tipo se convirtieron en un tema de doble filo en la historia penal reciente.
A mediados de enero, la jueza María Eugenia Capuchetti liberó a un profesor de ping pong de origen sirio-colombiano, a un peluquero y a un falso agente de inteligencia, que estaban detenidos acusados de integrar una célula terrorista que planeaba cometer un atentado contra la comunidad judía en la Argentina. La magistrada dispuso la falta de mérito de los sospechosos y les prohibió la salida del país. Las medidas de prueba realizadas hasta el momento “no permiten tener por probado” que tengan vinculación con un posible ataque terrorista, revelaron fuentes judiciales a este medio.
Los tres sospechosos habían sido detenidos e investigados, precisamente, por la misma división de la Federal que detuvo a C.M en Venado Tuerto.
Por otra parte, el chico no existe en un vacío. Amenazas de este tipo deben ser investigadas. En los últimos años, a lo largo de la gestión de Aníbal Fernández a la cabeza de Seguridad, la misma DUIA detuvo a varios sospechosos que realizaban anuncios similares en redes sociales, reportados principalmente por el FBI. En sus comentarios, reivindicaban al nazismo y la masacre de Columbine, entre símbolos de la alt-right estadounidense. Sus perfiles eran, básicamente, similares a los de Fernando Sabag Montiel, que intentó dispararle en el cráneo a la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Estos detenidos no suelen ser comprendidos en las fuerzas de seguridad o en la Justicia. Son vistos como poco más que bromistas y no como una amenaza latente. Ninguno de ellos mató a nadie en años recientes, para empezar, en un mapa penal argentino que reacciona solo cuando hay muertos. Un reconocido fiscal que trabajó con esta problemática asegura desde Comodoro Py:
“Nunca se sabe lo que van a hacer. Son radicalizados, pibes que tienen determinada condición antisocial. Caen varias veces por lo mismo. Y es un fenómeno global que está aquí en el país. Sus perfiles son similares a los de los neonazis de años atrás. En Brasil está pasando. Ya no se trata solo de Estados Unidos”.