El domingo amaneció teñido de sangre en la bella ciudad de Junín de Los Andes, en Neuquén. Cynthia Lagos, una mujer de 35 años, había viajado desde Zapala a visitar a su novio, Reinaldo Esteban Morales, cabo primero del Ejército Argentino, y terminó siendo brutalmente asesinada.
Medios locales informan que alrededor de las 6.30 policías de la Comisaría 25 acudieron a la casa del hombre, en la calle Rim al 500, del barrio Lanín, a raíz de la llamada de un vecino, que había escuchado los gritos de una mujer pidiendo auxilio.
Al ingresar, descubrieron el horror: el dueño de casa estaba tendido en el piso, con heridas graves de arma blanca y, dentro del baño, estaba Lagos muerta y con gran cantidad de cortes. A Morales lo trasladaron rápidamente al hospital local, pero perdió la vida poco después.
Lagos era oriunda de Zapala, donde trabajaba en un supermercado. Además, según informó Diario Río Negro, era madre de una hija. Morales, por su parte, trabajaba en el Grupo de Artillería de Montaña 6 (GAM 6) del Ejército en Junín de Los Andes.
Si bien en un primer momento el comisario Gustavo Muñoz, coordinador de la Zona Sur, reveló en declaraciones radiales que “se encontraron unos escritos como que todo estaba pactado”, había advertido que querían “analizar las escrituras para conocer quién hizo esas notas y poder determinar si es verídica o se escribió para desviar la hipótesis”.
Finalmente, este martes se dieron a conocer los resultados de las autopsias preliminares realizadas a ambos cuerpos. Por un lado, se determinó que Lagos había recibido 13 puñaladas, de las cuales una fue letal varias fueron defensivas.
Lo que prácticamente termina de confirmar la hipótesis de femicidio del fiscal Manuel González, junto con las heridas defensivas de la mujer, es que en el cuerpo de Morales se hallaron unas cinco heridas de arma blanca que para los especialistas forenses serían “autoinfligidas”.
El fiscal, que continúa la investigación, aclaró que no existían denuncias previas por violencia de género. Restan peritar tanto los escritos hallados como los teléfonos celulares de ambos secuestrados en el domicilio y dos cuchillos.