Además de ser noticia por los ataques de sicarios y crímenes vinculados al narcotráfico, sumado a las reiteradas amenazas que suelen recibir altos funcionarios políticos y de la Justicia local, la ciudad de Rosario también sufre por el crecimiento de una nueva modalidad de delito: el robo de cables de alta tensión. En este contexto, el último domingo un joven de 20 años ingresó en un pozo de la EPE (Empresa Provincial de la Energía) de Santa Fe, se electrocutó mientras intentaba conseguir su botín y terminó con el 90% de su cuerpo quemado.
Fuentes policiales consultadas por Infobae precisaron que el hecho se registró cerca de las 19 en un tendido subterráneo de avenida Presidente Perón al 6000, entre Garzón y Magallanes.
Las imágenes captadas por testigos muestran al delincuente temblando tras salir del pozo y con todo su cuerpo negro, producto de las severas quemaduras que sufrió al recibir la descarga eléctrica. “¡Quedate ahí, quedate ahí!”, se escucha que gritaban los vecinos en una de las filmaciones, en su intento por ayudar al joven pero siempre manteniendo una distancia prudencial. Totalmente desorientado, el asaltante se tambaleaba de un lado a otro y apenas podía mantenerse en pie.
Un segundo video mostró los instantes posteriores al incidente, con el ladrón sentado sobre el montículo de tierra que los operarios de la EPE habían extraído para realizar los trabajos de rigor, mientras aguardaba la llegada de una ambulancia.
Tras ser auxiliado por agentes de la Comisaría 32a de la Unidad Regional II de Rosario, el ladrón fue derivado al Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA), donde se le diagnosticaron quemaduras severas que afectaron a casi todo su cuerpo.
Laura Taljame, subdirectora del HECA, dialogó con la prensa este lunes y confirmó que el paciente ingresó el pasado domingo al centro de salud “con el 90 por ciento del cuerpo quemado”. Asimismo, afirmó que se encuentra en terapia intensiva con un cuadro “sumamente crítico”, por lo cual recibe asistencia respiratoria para continuar con vida.
Según confirmaron las fuentes policiales a este medio, agentes detuvieron a otro sospechoso en la escena, quien también fue señalado por los vecinos en relación al presunto intento de robo. Un testigo citado por el medio Rosario3 dijo que este muchacho, de 34 años, es el hermano mayor del joven que lucha por su vida en el HECA. Resultó ileso y fue aprehendido.
“Rosario. Personal de EPE se encuentra trabajando en Presidente Perón al 6000 tras vandalización de cables subterráneos. Por el hecho hay dos personas lesionadas que fueron trasladas a un nosocomio”, publicó la EPE en su cuenta de X, junto a una imagen de las instalaciones dañadas durante el intento de robo.
Tal cual lo antes mencionado, este episodio no se trató de un hecho aislado. Sin ir más lejos, hace pocas semanas un hombre murió electrocutado mientras intentaba robar parte del cableado en Ricchieri al 3900. Producto de la descarga eléctrica fatal, el delincuente quedó colgando del tendido eléctrico.
“Hace dos meses que nos vienen robando todo. Debe ser el mismo. Seguro subió por mi techo y luego terminó en la columna donde quedó. Será un pibe de unos 30 años”, dijo un testigo de aquel hecho durante el contacto con Cadena 3 Rosario.
Por su parte, otra vecina denunció: “Es terrible, no se puede creer, una cosa de locos. Pero acá es así todos los días, roban cables todos los días. Estamos acostumbrados”.
En medio de una creciente ola de robos de cables de cobre, Esteban Rezza, vocero de la EPE, declaró días atrás que, hasta principios de enero, el relevamiento realizado por la compañía alertaba sobre una pérdida de infraestructura de aproximadamente 2 millones de dólares en toda la provincia. “Esos dos millones de dólares se sienten al momento de tener que salir a comprar insumos porque el precio de éstos está dolarizado”, aseguró en declaraciones a LT8.
Frente a esta problemática, Rezza también sugirió la posibilidad de considerar a este tipo de delito como asociación ilícita, al advertir que “estos robos no pueden ser considerados sin incorporar a los desarmaderos; los lugares en donde se reduce el material robado”.