“El celular puede ser la clave”. Uno de los investigadores que está detrás de la búsqueda de Yésica Cuevas, la mujer que desapareció en Berazategui, está convencido que la tecnología ayudará a resolver el caso. Es que, antes de irse de la casa de su madre para no volver a ser vista, la mujer de 42 años olvidó su celular. El aparato fue recuperado por la justicia e inspeccionado en las últimas horas. En ese análisis se obtuvieron datos importantes de sus últimas conversaciones y de búsquedas en internet. También se encontraron más pruebas de que Yésica fingió estar embarazada de trillizos antes de desaparecer, engañando a su pareja, familia y amigos.
Antes de avanzar en los resultados parciales que, hasta el momento, arrojó el análisis del celular, conviene repasar los hechos.
La última vez que se vio a Cuevas fue el 29 de enero pasado, hace exactamente 11 días. Según la reconstrucción fiscal, salió de la casa de su madre, situada en 128 y 12, rumbo a una farmacia ubicada a cuatro cuadras. Ese día había dicho que tenía que asistir al hospital Evita Pueblo para someterse a una cesárea programada a las 17.30, según contó la familia de la mujer.
Como no volvía, la mamá de Cuevas envió a sus dos nietas a buscarla hasta el local, pero no había rastros de ella. Se había esfumado. A partir de ahí, todo se convirtió en una desesperación creciente para los familiares. Y fue, también, el inicio de la investigación.
Uno de los primeros datos recibidos por los investigadores tenía que ver con el embarazo. Inmediatamente, empezaron los chequeos en los hospitales a los que asistía. “No encontramos ni un registro de un embarazo en el Evita. Sí que había entrado a la guardia por cosas menores, pero de embarazo nada. Mucho menos de una cesárea programada”, contó una de las personas encargadas de la búsqueda.
Javier Balmaceda, la pareja de Yésica, declaró más de una vez en el expediente. Dijo que acompañó varias veces a su mujer al hospital, pero que Yésica le pedía que se quede en la puerta y la dejara entrar sola. A este testimonio, se le sumó el de un médico que aseguró haber atendido a Yésica y que ella le pidió que falsee un documento diciendo que ella estaba embarazada, a pesar de no contar con una ecografía. El doctor se negó.
Todo esto hizo que los investigadores tuvieran en claro una cosa: Yésica no estaba embarazada. ¿La mentira tendrá algo que ver con la desaparición? Por ahora, es un misterio.
El celular, clave
En este contexto, llega a la apertura del celular. Yésica lo dejó sobre su cama. Los investigadores detectaron conversaciones con sus amigos en donde también los engañaba con respecto al falso embarazo. “Estoy nerviosa porque se viene la fecha. Ya sabemos que van a ser dos varones y una nena”, le escribió a una amiga.
En contraposición a esto, su pareja declaró que a él nunca le quiso revelar el sexo de los bebes porque, en teoría, no se podían ver bien en los estudios.
“A priori, y por lo visto hasta el momento, no chatea con nadie sobre algún tipo de huida. No hay ninguna conversación sobre escaparse”, explica un investigador. Luego agrega la misma fuente: “Tampoco hay una pelea ni nada por el estilo que haga suponer que tenía algún enemigo”.
En cuanto a las búsquedas en internet, se confirmó lo que había adelantado Infobae. Yésica realizó búsquedas de fotos de ecografías de ese tipo de embarazos. Incluso descargó algunas imágenes, aunque luego las borró.
Otro dato sumamente relevante surgió del análisis del celular. Yésica realizó búsquedas de alojamientos en algunos puntos del país. Los lugares se mantienen en reserva para no entorpecer la investigación.
En las últimas horas, el fiscal Daniel Ichazo envió un exhorto al Banco Central para que informe si Yésica abrió una cuenta en alguna billetera virtual que pudiera estar manejando desde un celular alternativo. Para los efectivos de la DDI de Quilmes, está con alguien. Pero, inmediatamente, hacen una aclaración preocupante: “No sabemos si está acompañada por deseo propio u obligada”.