Tomás Alí R., de 23 años, se encuentra preso desde fines del año pasado en una celda de la Policía de la Ciudad. Oriundo de Villa Soldati, ex empleado de una empresa de correos, todavía cubierto por la obra social de su padre, Tomás fue procesado a mediados de diciembre pasado por el juez Darío Bonanno, titular del Juzgado N°33, por los delitos de robo en banda y a mano armada, además de coacción y tenencia ilegítima de una pistola. Hasta aquí, nada infrecuente. Pero Tomás Alí es un especialista en cuanto al botín, al menos según el procesamiento en su contra.
El 21 de abril de 2022, junto a otros dos cómplices, le quitó a un chico de su propio barrio una Playstation 3 más diez mil pesos y las zapatillas que llevaba en los pies. Ese mismo día, Tomás había ofertado una Playstation 4 en Facebook Marketplace a través de la cuenta de su novia. Así, la víctima le ofreció su Playstation 3, más diez mil pesos.
“A raíz de ello, el damnificado se constituyó en el lugar indicado, donde advirtió que se encontraba una persona a la que describió como de 1.75 metros de altura aproximadamente y tez clara. Fue en ese momento que se aproximaron otros dos hombres, siendo que uno de ellos se acercó por su espalda, lo tomó del cuello y le apuntó con un arma de fuego a la cabeza, a la par que le refirió “¿Dónde está la plata?”, mientras sus consortes le sustrajeron los objetos mencionados”, afirma el procesamiento contra Tomás.
Poco después, los sospechosos escaparon hacia el Complejo Habitacional Soldati, donde vivía Tomás con su familia. La víctima se volvió descalza a su casa.
Cinco días después, siempre según el procesamiento en su contra, robó de vuelta en su barrio. Atacó en la calle Rodrigo de Triana a un joven y a su novia que iban en moto junto a una banda de al menos cinco hampones. Así, les robaron 40 mil pesos, sus celulares Motorola, sus cascos y hasta los documentos que llevaban.
Otra vez, atrajo a la víctima con el mismo truco: ofreció una PlayStation 4 a precio irrisorio. La víctima, tentado, le escribió y continuó el trato por WhatsApp.
Así, lo citó en una esquina. Luego, empezó un verso al menos particular. De acuerdo al procesamiento, Tomás le hizo dejar la moto a su blanco y le pidió “que lo acompañasen a su domicilio, a fin de demostrarles que la consola funcionaba correctamente y que se encontraba en buenas condiciones”. Le dijo, también, que tenía una mujer embarazada y un hijo que padecía de asma, que no se sentía bien, otra mentira.
Comenzaron a caminar por los edificios del Complejo, mientras Tomás usaba su teléfono sin cesar. Finalmente, llegaron a una reja, en una planta baja. Así, salieron sus cómplices, que encañonaron a la víctima y a su novia.
Al día siguiente, el joven asaltado fue contactado por la banda. Lo invitaron a que no los denuncie, lo que les valió la imputación por coacción. La víctima, desde ya, realizó la denuncia, lo que disparó la causa en contra de Tomás. Para capturarlo, el Juzgado N°33 tomó declaraciones testimoniales y trianguló información de redes sociales. Se negó a declarar cuando lo detuvieron. La casa donde vivía con su familia fue allanada: allí, le encontraron un viejo revolver Doberman calibre .32.
Su defensa intentó excarcelarlo con un planteo ante la Sala en Turno de la Cámara Criminal y Correccional, que fue declarado inoficioso la semana pasada por los jueces Daniel Morín y Horacio Dias. La calificación en su contra no lo ayudaba.
Por otra parte, esta causa instruida por el juez Bonanno no es el debut de Tomás Alí en el fuero penal. Ya había sido procesado por el Juzgado N°26 en septiembre de 2020, acusado de robarle a punta de pistola junto a otro chico de su barrio a un chofer de una aplicación.