A casi 15 días del crimen de María Lucrecia Arias, la mujer de 50 años que fue asesinada el pasado 25 de enero de un tiro en la espalda tras un intento de robo en Castelar, la Justicia aprehendió este miércoles a un segundo sospechoso en la localidad bonaerense de El Palomar. Los investigadores determinaron que el celular del acusado se activó tanto en el lugar del hecho como en la zona donde incendiaron el auto en el que circulaban los delincuentes.
La detención fue llevada a cabo por efectivos de la comisaría 7° y de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Morón en un domicilio situado en la villa Carlos Gardel. Este jueves, fue indagado por el fiscal de la causa Matías Rappazzo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7 de Morón, y se negó a declarar.
El sospechoso, luego identificado como Nahuel Hernán Palacios, está apuntado como uno de los cuatro delincuentes que atacaron a Arias esa noche, cuando no logró escapar porque se le trabó el cinturón de seguridad. Según pudo saber Infobae de fuentes policiales, el detenido quedó vinculado al homicidio en función del análisis de la ubicación de su celular: las antenas de su aparato se activaron en la zona donde ocurrió el crimen y en donde, posteriormente, fue incendiado el auto de los delincuentes, un Peugeot 208.
Palacios ya registraba antecedentes penales por un “robo calificado” del 13 de marzo de 2013 y por una “tenencia ilegal de arma de uso civil” del 10 de marzo de 2022. Su arresto, concretado el 7 de febrero, se suma al de Diego Fernando Tevez, efectuado el pasado 2 de este mes, tras un procedimiento en la calle Manuel Fluguerto al 2500, de El Palomar, donde se recuperó el celular robado a la víctima: un smartphone marca Samsung, modelo A33 color negro.
Ambos fueron imputados por el delito de “homicidio criminis causa”, es decir, por matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad. La Justicia todavía busca al resto de la banda. “Se está a la espera de seis nuevos allanamientos”, explicaron fuentes del caso.
El asesinato de María Lucrecia Arias
El crimen fue cometido el 25 de enero, alrededor de las 23, en la calle San Nicolás 2070, a metros del cruce con Salcedo, de Castelar norte, en la zona oeste del conurbano.
Arias regresaba a bordo de su Volkswagen Suran de buscar a su hija en una reunión de amigas, cuando fue interceptada por cuatro delincuentes que la abordaron para robarle el auto en la puerta de su domicilio.
La principal hipótesis que maneja Rappazzo es que a Arias, aparentemente, se le trabó el cinturón de seguridad y no pudo bajarse de inmediato del auto cuando los delincuentes la amenazaron con fines de robo, motivo por el cual le efectuaron un disparo en la espalda.
La hija de la víctima, por su parte, logró descender del rodado y escapar mientras pedía ayuda a los gritos a los vecinos, por lo que no fue alcanzada por ningún proyectil.
Los asaltantes escaparon sin poder robar el vehículo de la víctima, pero más tarde, el Peugeot 2008 negro en el que se cree que circulaban, fue hallado abandonado en la zona del barrio Ejército de los Andes.
De la escena y del auto de la víctima, los peritos levantaron huellas y rastros, al tiempo que secuestraron imágenes de cámaras de seguridad de la zona, que serán analizadas para poder avanzar en la identificación de los criminales.
Además, en base a la prueba recolectada, los investigadores determinaron que a la mujer la mataron de un tiro efectuado con una pistola calibre 9 milímetros.
La autopsia determinó que Arias tenía un único disparo con orificio de entrada en la escápula y salida en el pecho.
En diálogo con TN, Priscila, vecina de la víctima, expresó: “A las 11 de la noche escuché dos explosiones, que pensé que eran cohetes. Mis perros estaban como locos, y yo estaba tratando de hacer dormir a mi bebé. Alrededor de las 12 de la noche, salí a ver lo que estaba pasando y vi patrulleros cruzados en mi vereda, cortando la calle y a mucha gente, con ambulancias”.
“Me acerqué para preguntar qué estaba pasando, y un vecino me contó que le habían disparado a una mujer para robarle el auto. En ese momento, no sabía que su hija estaba con ella. Me dijo que lograron salir corriendo para pedir ayuda y que los ladrones se fueron. Le dispararon y dejaron el auto ahí”, relató.
“Me quedé un rato y escuché cuando le estaban diciendo a su hija que su madre había fallecido. Escuché sus gritos desgarradores, realmente fue horrible. Ya no se pueden soportar más estas situaciones”, cerró.