Los motivos del ataque a balazos a un monaguillo y a su tía en Lanús siguen siendo un misterio para los investigadores del crimen que conmociona a la comunidad religiosa. Las hipótesis son varias de por qué acribillaron a balazos a Germán Zuccarelli (46) y a Ana Russo (77) cuando regresaban a su casa caminando. Sin embargo, la prueba para decantar por una de ellas aún es insuficiente. Descartado el robo, la pericia de apertura al celular de la víctima es una de las claves a la que apuestan los detectives para poder hallar una pista sobre los homicidas, según pudo saber Infobae.
“Vamos a revisar los últimos movimientos del teléfono de Zuccarelli para poder ver con quiénes tuvo contacto en las horas previas al crimen y buscar desde ahí alguna pista. La verdad, no hallamos un motivo, salvo que se hayan equivocado de objetivo”, le planteó a este medio una fuente de la investigación que encabeza la fiscal María Silvia Bussano, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7 del Departamento Judicial Avellaneda-Lanús.
Y agregó: “Un ataque de esta manera suele darse en el marco de un ajuste de cuentas por drogas, dinero o sexual. Por ahora, no hallamos nada sospechoso, pero se sigue investigando en la vida de Zuccarelli”.
Es que, de por sí, la modalidad es por demás llamativa: eran las 22.30 del viernes pasado y Germán y su tía, quien padecía Alzheimer, regresaban caminado a su casa por la calle General Pico, entre Eva Perón y General Guido, a cuatro cuadras de la comisaría 8° del barrio Villa Obrera.
Les faltaba dos cuadras para llegar cuando apareció un auto. Las cámaras de seguridad permitieron identificar que los homicidas se movían en un Volkswagen Cross Fox y no en una Ford Eco Sport negra, como se especuló en un principio. Sin mediar palabra, los homicidas abrieron fuego contra las víctimas. Y huyeron. No se ha podido determinar la patente del coche, pero buscan en otras cámaras de seguridad un detalle que les permita dar con los asesinos.
La pista del VW Cross Fox tiene en vilo a los investigadores: “Hemos llegado a pensar que se pudieron equivocar de víctimas, sin embargo, hay un dato que nos obliga a rever esa línea por ahora, ya que analizamos si ese mismo auto no merodeó la casa de la víctima antes del ataque haciendo inteligencia”.
Lo cierto es que, tras el ataque, Zuccarelli murió en el acto. La mujer, en tanto, fue trasladada de urgencia al hospital Narciso López de Lanús, donde agonizó hasta que confirmaron su fallecimiento este domingo. Aunque todavía no están los resultados preliminares de las autopsias, fuentes del caso indicaron que el monaguillo fue asesinado de seis disparos en la zona del torso con un arma de fuego calibre .22. Acerca de la mujer: recibió cuatro tiros en la parte baja del abdomen.
El expediente se investiga como un doble homicidio y la fiscal Bussano trabaja con la colaboración de la DDI de Lanús-Avellaneda.
Zuccarelli, seguidor del padre Ignacio Peries en Rosario, era dueño de una librería y santería ubicada en Avellanedas y tenía participación activa en la parroquia de su zona, con la que organizaba viajes a la peregrinación de Luján.
También convocaba a encuentros pastorales en parroquias de La Boca y participó activamente en las movilizaciones contra la votación del aborto legal en el Congreso en 2019.
Sus amigos le decían “El Tano”, no tenía hijos y residía con sus padres. Había cumplido los 46 años el 1° de noviembre pasado y también se dedicaba a la venta de purificadores de agua.