Un nuevo sospechoso acusado de integrar la banda que asesinó a cinco personas durante un enfrentamiento en un predio tomado de la localidad bonaerense de González Catán, fue arrestado este miércoles.
Se trata de Marciano Aguiar González, quien fue capturado por detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) La Matanza en una quinta ubicada en el mismo predio en el que ocurrió la masacre, donde el acusado se ocultaba. El lugar fue allanado en busca de elementos de interés para la causa.
Aguiar González es sindicado como uno de los integrantes de “la banda de los delegados”, la organización que se dedicaba a la venta de terrenos tomados en González Catán. Hay otros seis hombres y una mujer que permanecen prófugos y son intensamente buscados. Los investigadores creen que tuvieron participación en la masacre ocurrida el 14 de enero, cuando fueron asesinadas a balazos cinco personas.
El hombre quedó a disposición del fiscal Carlos Arribas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios del Departamento Judicial de La Matanza, quien lo indagará este jueves.
Aguiar González se suma a los otros cuatros detenidos que tiene la causa, todos ellos acusados de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas (cinco hechos)” y la tentativa de homicidio” de otras seis.
Los otros detenidos son Juana Correa Villalba (43), de nacionalidad paraguaya; Walter Escobar (40), Wilson Escobar, apodado “El Chino” (36), y un cuarto hombre que tras la balacera quedó internado en grave estado en el Hospital Rivadavia y cuya identidad de se desconoce porque está indocumentado.
El hecho se registró el 14 de enero en inmediaciones de una tosquera abandonada del barrio 8 de Diciembre, cercana al cruce de Debussy y Vega, de González Catán, en el partido de La Matanza.
Según especificaron las fuentes, en ese sitio se llevaba adelante una reunión barrial de la que participaban personas asentadas de forma irregular en esos terrenos con los llamados “delegados” de la zona, quienes al parecer les habían vendido esas tierras tomadas a unas 500 familias.
El conflicto, precisamente, comenzó porque los usurpadores habrían loteado una plaza de juegos, un espacio común de vecinos, para ponerla a la venta en su nuevo “desarrollo inmobiliario”, lo que generó la ira de varias personas.
De acuerdo a la investigación, en ese encuentro se produjo una discusión por dinero entre los habitantes del barrio, los posibles compradores y los “delegados”. En ese momento, comenzaron las amenazas.
Según pudo reconstruir el expediente a cargo de Arribas, en el grupo había tres personas de nacionalidad paraguaya armadas que, cuando la discusión subió de tono, comenzaron primero a disparar al aire y luego contra las personas del barrio que fueron hacia ellos para rodearlos.
Un vocero policial indicó que los tiradores escaparon tras efectuar al menos 40 disparos con pistolas calibre 9 milímetros, por lo que posteriormente los peritos que trabajaron en la zona pudieron recoger algunas vainas servidas.
La reticencia de los testigos para declarar, aseguran investigadores, fue notable.
Los sospechosos, según detectives de la Bonaerense, “amedrentan a los vecinos para facilitar los pagos de las ventas y despojar en varias oportunidades de la tierras ya que son vendidas en varias ocasiones a diferentes dueños”. Es decir, después de pagar, les quitan las tierras de vuelta bajo amenazas, un clásico del hampa inmobiliaria. Incluso, los forzarían a pagar una conexión ilegal a la luz. Correa aparece, en este contexto, como la líder del grupo.
A raíz de la balacera, perdieron la vida cinco personas, identificadas como Tomás Waldo Velázquez Chávez (28), Eduardo Rivera (23), Gregorio Mamani, Leonel Enzo Tuco Tapia (29) y Luis Fernando Bascope (16).
Con información de Agencia Télam.