El ex prefecto Mauricio Cristian Marionsini (33) fue imputado este jueves por haber matado a puñaladas a su madre, Tamara Marionsini (53), y al novio de ella, Silvio Rubén Martini (65), en la madrugada del pasado sábado en la casa familiar situada en Vera Mujica al 4800. Según reveló el fiscal Alejandro Ferlazzo, atacó a las víctimas en dos secuencias diferentes: todo quedó filmado por las cámaras de videovigilancia que tenía la propiedad y el almacén que funcionaba allí.
Pero, además, el presunto homicida detalló en un papel todo el plan criminal, donde dejó escrito que debía vender un auto, una moto y comprar un pasaje para irse a Perú. El juez Rodrigo Santana le dio prisión preventiva efectiva por el plazo de ley. Cuando lo arrestaron les dijo a los policías: “Yo los maté”.
De acuerdo a la acusación que fue ventilada en el Centro de Justicia Penal, el ex prefecto primero esperó que se fuera el empleado que trabaja en el almacén que forma parte del inmueble familiar. Luego, cuando vio que su madre fue a apagar las luces del negocio, la apuñaló por la espalda. Inmediatamente después, se dirigió a la habitación donde dormía Silvio Martini y le dio varios puntazos. Esa fue la primera parte del ataque.
Marionsini después volvió a apuñalar en reiteradas oportunidades a su madre y, posteriormente, le dio otros puntazos más a Silvio, que había llegado a arrastrarse desde la cama hasta el sector del comedor. Por si fuera poco, al ver que continuaban con signos vitales, “comprimió sus zonas vitales” hasta matarlos.
Una vez que consumó el doble homicidio, robó dinero de la caja registradora del almacén de su madre, lo contó arriba de la mesa del comedor, sustrajo los teléfonos de las víctimas y se fue a la parte de arriba de la casa, donde se cambió de ropa.
Después, volvió para limpiar la escena del hecho y metió los cuerpos en bolsas de consorcio.
Por los indicios recolectados en el expediente, Marionsini limpió todos los ambientes de la propiedad e, incluso, lavó las sábanas de la cama en la que había sangre de Silvio, que había sido apuñalado mientras dormía. Además, con los teléfonos de Tamara y Silvio, se comunicó con los empleados del almacén para decirles que no iban a abrir el comercio el sábado.
Los vecinos, acostumbrados a ver a la pareja y a comprarle mercadería, se vieron alertados el sábado cuando observaron que el negocio no estaba abierto. Una vecina, incluso, se comunicó vía WhatsApp al teléfono de Tamara, pero notó algo raro: ella no le respondía con mensajes de voz, como solía hacerlo, sino que lo hacía mediante texto y de una forma en la que ella no hablaba.
Con conocimiento de que Mauricio ya le había mordido la cara a su madre el 13 de diciembre pasado y que la tenía amenazada de muerte para que vendiera su casa y la llave del comercio para que él pudiera pagar una deuda, los vecinos llamaron al 911.
Fue así que llegó el Comando Radioeléctrico al lugar y el ex prefecto, que continuaba dentro del inmueble, se fugó por el patio trasero y por los techos de casas linderas. Cuando ingresaron a la casa, los agentes y vecinos encontraron los cuerpos de Tamara y Silvio y una nota escrita de puño y letra de Mauricio, donde se había anotado que debía esperar a que se fuera el empleado del almacén, que se iba a las 3 del sábado, para luego atacar, primero, a su madre y, luego, a Silvio. A continuación, dejó asentado que después de consumado el ataque tenía que vender distintos objetos para irse a Perú.
Finalmente, Marionsini fue detenido el pasado martes en inmediaciones a la terminal de ómnibus Mariano Moreno. Si bien se llegó a suponer que estaría por tomar un micro para salir de Rosario, no se le halló ningún pasaje comprado. Según investigadores policiales, le dijo a los agentes: “Yo los maté. Ustedes no tienen la vida que me tocó vivir a mí”.