El ex prefecto Mauricio Cristian Marionsini (33 años), que tenía pedido de captura por haber asesinado a puñaladas el sábado pasado a su madre, Tamaria Marionsini (53), y al novio de la mujer, Silvio Rubén Martini (65), fue detenido en la tarde de este martes en inmediaciones a la terminal de ómnibus Mariano Moreno de Rosario. “Yo los maté”, dijo.
Al momento del procedimiento, realizado por la Brigada de Orden Urbano y el personal de la comisaría 7ª, el prófugo estaba sentado al lado de un árbol en la zona de Córdoba y San Nicolás. El fiscal Alejandro Ferlazzo lo llevará a audiencia imputativa en los próximos días en el Centro de Justicia Penal.
Si bien todas las fuerzas de seguridad estaban en alerta por un posible intento de salida de la ciudad, un llamado al 911 fue clave. Se trató de una persona que lo identificó, ya que su rostro cobró trascendencia mediática por tener pedido de captura solicitado por el Ministerio Público de la Acusación. El denunciante advirtió a la Policía que estaba a bordo de un colectivo de la Línea 141 del transporte urbano de pasajeros.
Una vez que la Policía llegó al lugar indicado, se encontró al prófugo sentado. El hombre no opuso resistencia y, según investigadores policiales, confesó: “Yo los maté. Ustedes no tienen la vida que me tocó vivir a mí”. La fuerte declaración, cabe destacar, carece de validez legal, pero da cuenta de que los indicios de la causa que lo ubican como el atacante eran certeros.
Lo buscaban desde el sábado pasado, cuando el ex prefecto se dio a la fuga por el patio trasero de la casa de su madre, situada en Vera Mujica al 4800. Lo hizo no bien vio llegar al Comando Radioeléctrico a la propiedad, donde también funciona un almacén. La División de Homicidio de la Policía de Investigaciones y el fiscal a cargo de la causa habían llevado a cabo numerosas tareas de inteligencia en domicilios en los que podía pernoctar el sospechoso.
No era un dato menor que en la escena del doble crimen Marionsini haya dejado una nota, a modo de recordatorio, de que debía primero esperar a que el empleado del almacén de su madre se fuera, algo que sucedía a las 3, para primero matar a Silvio Martini y luego a Tamara, también conocida en el barrio como “Mara”.
En ese papel, que resultó revelador por lo asombroso de dejar asentado un plan criminal, el ex prefecto también había puesto, de puño y letra, que una vez cometido el doble homicidio debía vender televisores, celulares, un auto y una moto para, posteriormente, comprarse un pasaje para irse a Perú.
El haber encontrado a Marionsini a metros de la terminal de ómnibus despertó sospechas sobre si estaba por abordar un micro que lo alejara de Rosario. Sin embargo, la Policía no halló ningún pasaje comprado entre los documentos que llevaba encima.
En la investigación de Ferlazzo se presume que el ataque a Tamara y Silvio ocurrió en horas de la mañana del pasado sábado. No obstante, el presunto homicida se quedó en la casa hasta las 18.50, momento en el que llegó la Policía y huyó con una mochila.
Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en la parte del almacén, dentro de bolsas de consorcio. El fiscal comentó en conferencia de prensa que Marionsini llegó a realizar en el inmueble una “limpieza prolija”, ya que pudieron establecer que hubo rastros de sangre por todo el lugar gracias a la pericia hecha con el reactivo Luminol.
Vecinos brindaron testimonios a la Policía y al fiscal e indicaron desde un primer momento que Tamara estaba amenazada de muerte por su hijo, quien ya la había golpeado en otras oportunidades porque pretendía que vendiera su propiedad y la llave de su comercio para que él pueda saldar una deuda que había contraído.