Ayer jueves por la noche, dos delincuentes, de nacionalidad chilena, identificados como Maximiliano Aguilar, de 27 años, y Jair Riquelme Amaro Lobo, de 21, fueron capturados por personal de la Comisaría 14B de la Policía de la Ciudad, mientras huían a bordo de un Volwagen Suran. Ambos, según la acusación en su contra, hicieron de campana para sus cómplices que intentaron robar un departamento en un tercer piso de la calle Carranza, entrando al lugar por el balcón.
La mujer que vivía en el lugar le relató a las autoridades que, mientras estaba en el dormitorio, observó luces que recorrían los ambientes. La mujer preguntó “quién es” y, al no recibir respuesta, cerró la puerta de su dormitorio y llamó al 911.
Esto movilizó a personal de la Comisaría Vecinal 14B, que se desplazó al edificio.
Allí, los agentes dieron con dos sospechosos que monitoreaban el accionar de sus cómplices: fueron detenidos cuando intentaban escapar a bordo del automóvil. Mientras tanto, los otros dos ladrones que querían entrar al lugar, al ver lo sucedido, se dieron a la fuga por los techos de las casas linderas sin lograr su cometido.
Según reconstruyeron las autoridades, los delincuentes entraron al departamento por el balcón: se comprobó que los accesos a la vivienda no fueron violentados y que la puerta principal del domicilio estaba cerrada con llave desde su interior.
En la huida descartaron dos destornilladores, de alrededor de 40 centímetros.
La víctima resultó ilesa, según confirmaron fuentes del caso. A los hampones detenidos les incautaron dos teléfonos celulares, una pinza tipo alicate, un par de guantes, dos mochilas, un morral, tres gorras y tres camperas
El expediente por el caso tramita en el el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Número 56, a cargo del doctor Alejandro Litvak, que dispuso el traslado de los detenidos y el secuestro de los elementos hallados.
Hoy, el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Waldo Wolff, se sumó hoy al reclamo que había hecho el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, para restituir un decreto de 2017 que permitía acelerar la deportación de delincuentes extranjeros y que fue derogado por la administración de Alberto Fernández. En el sistema penal existe la figura de extrañamiento, donde se puede expulsar a un delincuente de otro país a la mitad del cumplimiento de su condena.
En una publicación en la red social X (antes Twitter), Wolff afirmó que, el año pasado, hubo “más de 4000 delitos, entre robos, hurtos, narcotráfico y violencia de género, a manos de extranjeros (sin nacionalidad regularizada)”. El ministro aseguró además que “el 37% de los homicidios los cometieron ciudadanos de otros países que no llegaron ni a trabajar ni a estudiar, sino a intentar quebrar el orden”.