La vida al límite del último prófugo de la familia criminal “Los Marola”: robaba en La Matanza y lo balearon

Damián González, hijo del capo máximo de la banda del Bajo Flores involucrada en la muerte de una niña, fue encontrado en medio de una violenta secuencia que investiga el fiscal Adrián Arribas

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Pistoleros del clan que se mostraban con armas en redes sociales
Pistoleros del clan que se mostraban con armas en redes sociales

Damián González es hijo de Sandro, el capo de “Los Marola”, el clan narco que tomó el poder en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores luego del ocaso de los traficantes peruanos de la zona. Casi todos los hijos de Sandro tuvieron un rol en la estructura. En la investigación del Juzgado N°16, la UFEIDE y la PROCUNAR, Damián fue identificado como un jefe intermedio, encargado del acopio de armas de fuego y de los estupefacientes. También, era un manager de soldaditos en el territorio.

“Los Marola” fueron detenidos a lo largo del año pasado, con redadas de más de 500 gendarmes que golpearon sus kioscos y domicilios. El padre de Damián terminó preso, su madre y sus hermanos también, en un expediente con 24 detenidos. Solo faltaba Damián.

En la noche de ayer, González, de 27 años, cayó en medio de una violenta secuencia en la zona de Cañada de Gómez, jurisdicción de La Matanza. Recibió un disparo de la Policía Bonaerense tras una persecución, luego de supuestamente robarle una Toyota Hilux a una familia, con una causa en su contra por el robo a cargo del fiscal Adrián Arribas de la UFI N°11 matancera.

Junto a él cayó un hampón de 18 años, que fue baleado también. Ambos se encuentran internados y fuera de peligro en el Hospital Simplemente Evita. De acuerdo al sumario de la Comisaría N°3, portaban, al menos, una pistola Taurus. La noticia del arresto de González llegó al Juzgado N°16, que había ordenado la captura de Damián por sus negocios en el Bajo Flores, minutos antes de esta nota. Así, el Juzgado de N°16 de Mariano Iturralde espera indagarlo.

Impunidad: las stories de Los Marola en Instagram

La muerte de Nayla Torrilla, de cuatro años, ocurrió en lo que las autoridades suponen fue una balacera entre pistoleros de Los Marola y Los Cabrales, otra banda local enfrentada a González y sus hijos. Nayla fue acribillada en el fuego cruzado.

Su método, tal como el de otros traficantes de alto grado de violencia como César Morán de la Cruz, ex jefe del Playón Este de la Villa 31 bis, fue la intimidación: amenazan a vecinos para que no los denuncien y les expropian sus casas para convertirlos en kioscos de droga, lejos de territorios como la manzana 25, donde manda la banda del peruano “Marcos” Estrada. Luego, se les atribuyen robos a mano armada. Portaban armas de alto calibre, a las que mostraban impunemente, en la calle y en redes sociales, con stories que ilustran esta nota. Festejaron el triunfo contra Francia en el Mundial de Qatar a tiros al aire, en plena Villa.

Precisamente, fue el hartazgo de los vecinos tras la muerte de Nayla lo que llevó a su caída. No solo declararon en su contra, con coordenadas precisas sino que también los expusieron en redes sociales una y otra vez. Así, se llevaron a Sandro González, “El Intendente”, un ex empleado de limpíeza de 46 años, acusado de ser el jefe del clan, a su mujer Laura Benítez y a sus hijos Jonathan, Agustín, Belén y Yésica, acusados de regentear soldaditos y recaudación, de amenazar a vecinos para quedarse con sus casas y balearlos también.

Gustavo Damián, capturado ayer, era el último en la lista. La imputación en su contra lo marca como protagonista de una serie de agresiones a vecinos, casi siempre junto a su padre y sus hermanos, con frases como: “Los vamos a matar a todos, se tienen que ir de acá”.

Sandro González, "El Intendente", y su mujer, Laura
Sandro González, "El Intendente", y su mujer, Laura
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