La Justicia Penal de Rosario ordenó la destrucción de cinco búnkeres de drogas que estarían ligados a los jefes narcos, Francisco “Fran” Riquelme, Alejandro “Chucky Monedita” Núñez y el clan Funes, bajo el poder de Alan Funes. Los puntos de venta que fueron señalados se encuentran distribuidos en los barrios Empalme Graneros y Tablada, los cuales han sido denominados como zonas calientes ante la presencia de las bandas narco-rosarinas.
La medida judicial fue aprobada por la juez penal Silvia Castelli luego de que el fiscal de la Unidad de Balaceras, Franco Carbone, solicitara el derribamiento de los inmuebles mencionados. “Son dos barrios muy conflictivos y los inmuebles son simbólicos y muy importantes”, argumentó el funcionario público durante una rueda de prensa celebrada en el Centro de Justicia Penal.
En medio de la conferencia, Carbone detalló que dos de los puntos de venta de drogas ubicados en Felipe Moré al 600 bis, barrio Empalme Graneros, estarían vinculados a Francisco “Fran” Riquelme, el jefe narco que fue imputado el miércoles pasado por haber organizado desde el penal de Marcos Paz la balacera contra la seccional 19 de Rosario, ocurrida el pasado 27 de diciembre.
A pesar de que el criminal no fue acusado por las amenazas que recibió el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, según la información publicada por Télam, el fiscal planteó que no descartaría que una posible participación de este en los mensajes intimidatorios que obligaron al mandatario provincial a retirar a su familia del distrito.
En el caso de los búnkeres establecidos en Biedma al 255 y los puestos de Necochea y Pasaje Ivanowsky, situados en el sector conocido popularmente como la “U”, del barrio Tablada, Carbone señaló que estos funcionarían bajo el ala de Alejandro “Chucky Monedita” Núñez, el líder narco que cumple una condena por homicidio en el penal de Piñero. Además, cuenta con varias imputaciones por portación ilegal de arma de guerra, robo calificado, amenazas y por supuestamente haber ordenado la realización de varias balaceras.
De acuerdo con los datos obtenidos por Rosario 3, el último búnker localizado en la calle Ayacucho al 4300, también del barrio Tablada, estaría vinculado al negocio del clan Funes, una banda integrada por miembros de una familia oriunda de la zona sur de la ciudad. Actualmente, varios de los miembros fueron asesinados, mientras que otra parte se encuentra detenida por haber cometido delitos vinculados al narcomenudeo e ilícitos conexos.
La evidencia que comprobó que los locales señalados estaban destinados a la venta de droga surgió de una pericia realizada a un teléfono celular que fue secuestrado durante la detención de Carlos Román Montero, un joven que participó de un tiroteo en contra de la Policía el pasado 27 de diciembre junto a un menor de 16 años.
Por este hecho, el hombre cumple con una prisión preventiva desde que fue imputado la semana pasada por la balacera y por haber participado de las amenazas a Pullaro, debido a que le encontraron una nota amenazante en contra del gobernador, entre los elementos que le fueron incautados.
“Hicimos una historización de estas residencias, entrecruzamiento de información con el Ministerio de Seguridad, relacionando hechos en los que se ha probado a violencia altamente lesiva que circunda a estos lugares, donde se disputan espacios de poder y hay disputas territoriales entre bandas”, explicó Carbone sobre las tareas comparativas que se realizaron con otras investigaciones que señalaban a los búnkeres de droga como tales.
“Están ahí para vender droga y todos los delitos conexos”, destacó el fiscal, para después agregar que “son lugares donde se han hecho allanamientos, que se secuestraron drogas, armas de fuego, vehículos robados”.
En simultáneo, las autoridades remarcaron que “no son viviendas, son instalaciones, porque no hay residentes”, a la vez que indicaron que “ha habido femicidios y homicidios de niños”. De esta manera, Carbone recordó que hace seis meses cometieron un asesinato en el pasillo de una de las casas que se demolerán en las próximas semanas.