La Justicia de Rosario avanza en la investigación por la muerte de los dos niños que murieron ahogados hace una semana en dos clubes distintos. El foco está puesto ahora en establecer qué sucedió en cada uno de los episodios.
Ambas causas están en manos de la fiscal de la Agencia de Siniestralidad Vial y Delitos Culposos, Mariela Oliva, quien, mientras espera los resultados de las pericias realizadas en ambas piletas, recolecta testimonios de testigos para poder reconstruir los hechos.
Además, solicitó al Municipio las habilitaciones correspondientes de ambos natatorios para poder tener conocimiento del estado normativo en el que funcionaban. Por el momento, el acceso a cada una de las piletas estará restringido hasta que finalice la investigación.
Una vez que la fiscal cuente con los resultados de estos análisis, se fijarán los pasos a seguir, conforme la situación de quienes podrían llegar a ser considerados los responsables de los sucedido.
Dos muertes en menos de tres días
El primer suceso ocurrió el 2 de enero, cuando un nene de 10 años, identificado como Juan Facundo G., disfrutaba de un día en familia en el predio del Jockey Club, ubicado en el barrio Fisherton. El niño se sumergió en una de las piletas del lugar del lugar y, según se supo en un primer momento, uno de sus pies se habría trabado en el filtro, lo que provocó que no pudiera salir a la superficie.
De esta manera, se calcula que estuvo aproximadamente unos 8 minutos asfixiado hasta que pudo ser rescatado por el guardavidas del club, quien le realizó maniobras de reanimación cardiopulmonar. Acto seguido, fue trasladado en una ambulancia hacia el Sanatorio de Niños, donde sufrió un paro cardiorrespiratorio al momento de ser ingresado.
El personal médico consiguió reanimarlo y procedieron a intubarlo, debido a que su diagnóstico fue catalogado como de extrema gravedad. Pese a los esfuerzos realizados, el menor murió durante la tarde del miércoles pasado en la unidad de terapia intensiva.
De acuerdo con la información de Rosario3, sobre este caso se recogieron diversos testimonios y se pidieron las pericias correspondientes a los Bomberos. Dentro de las declaraciones más significativas se encuentra el del guardavidas, que luego podría ampliarse. Todos los testimonios coincidieron en que se efectuaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar, pero el menor tardó en reaccionar, lo que agravó su cuadro. Por otro lado, se espera que en los próximos días declare la familia de la víctima.
La principal línea investigativa apunta contra el hueco de la pileta donde se encontraba el filtro, por lo que intentan determinar si tenía alguna funcionalidad o si habría alguna responsabilidad penal sobre esto.
El segundo caso ocurrió el 5 de enero en el Club Saladillo y tuvo como víctima a un niño de 12 años. El parte policial indica que alrededor de las 16.35 llegó un pedido de auxilio al 911, por lo que se envió un móvil del Sistema Integrado de Salud a Arijón y Pavón, donde se encuentra el club.
El guardavidas además relató que apenas sacó al chico del agua comenzó a realizarle maniobras de RCP. Luego, cuando arribó al lugar la unidad de emergencia URG 304, continuaron el mismo trabajo durante aproximadamente otros 40 minutos, pero no lograron salvarle la vida.
Las primeras versiones indican que el menor habría sufrido convulsiones dentro de la pileta y ello habría llevado a que se produjera su ahogamiento, aunque se esperan los resultados de la autopsia que se realizará en el Instituto Médico Legal. En simultáneo, la fiscal solicitó que se realicen diatomeas y un análisis anatomopatológico para poder determinar la causa del fallecimiento del menor.
Tal como sucede con el caso del Jockey Club, Oliva sigue tomando testimonios de las personas que estuvieron presentes, al guardavidas que lo asistió en un primer momento y a la familia.