Enrique B., edad 63, trabaja hace años en una de las mayores empresas telefónicas del país. Cuando el Departamento contra el Crimen Organizado de la Policía Federal y la DDI de San Isidro de la Bonaerense lo allanaron en su casa de Virreyes esta semana, le encontraron un teléfono de prueba con pinzas cocodrilo. También le encontraron un revolver calibre 38, una pistola Bersa calibre .22, una carabina de aire comprimido, un machete y un talonario de pagarés en blanco.
Eso era en la planta alta, donde vivía él. La planta baja de la propiedad era el verdadero problema.
En el lugar, que Enrique B. supuestamente alquilaba, operó durante al menos un año un prostíbulo con más de cinco trabajadoras sexuales regenteadas por una presunta fiola, que publicitaban sus servicios en sitios como Gemidos o Simpleescorts. Los avisos tenían la retórica típica del rubro. “Soy completita” y “nuevita en la zona”, publicaba en Gemidos una trabajadora que ejercía la prostitución en la planta baja de Enrique, con servicios “onda novia”.
El caso comenzó por una denuncia anónima realizada el 16 de diciembre de 2022 a la línea 145. Así, se inició una causa por facilitación y explotación de la prostitución ajena, a cargo de la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos vinculados a la Explotación Sexual Infantil y Conexos a la Trata de Personas de San Isidro, a cargo de Gonzalo Acosta, bajo la firma de la jueza Andrea Rodríguez Mentasti.
La denuncia hablaba claramente de la proxeneta que explotaba el lugar, de 60 años de edad, identificada como María del Carmen L.
Los investigadores fueron por varias pruebas en el expediente. Realizaron análisis de intervenciones telefónicas, búsquedas en fuentes públicas y redes sociales, constataciones de domicilios, vigilancias y entrevistas con vecinos. Entablaron un diálogo para concertar una cita con una trabajadora sexual, que dio la lista de precios así como la dirección.
En el allanamiento, además de las armas, se encontraron tres aparatos de pago digital, juguetes sexuales, lencería, folletería y dos bolsas de preservativos, así como 122 mil pesos en efectivo.
María del Carmen, la proxeneta, se encontraba allí, lo mismo Enrique B., que esperaba en la planta alta. El empleado telefónico no tiene demasiado margen para hacerse el desentendido.
Los acusados fueron arrestados y trasladados a la DDI de San Isidro. En el operativo se contó con la colaboración del personal del Programa de Rescate y Asistencia a las Víctimas del Delito de Trata de Personas de la Provincia de Buenos Aires.
El operativo se produjo sin disturbios. Al contrario: los vecinos incluso aplaudieron a los uniformados.