El auto que habrían usado los sicarios que asesinaron a sangre fría a Ramón Adán Zurita en la puerta de la casa de su hermana en Merlo tras los festejos de Año Nuevo, fue encontrado hace horas por la Policía de la Ciudad, tras una orden de secuestro emitida por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°5 de Morón, a cargo de Claudio Oviedo y Marisa Monti.
Fuentes del caso indicaron a Infobae que se trata de un Chevrolet corsa gris, que fue registrado por cámaras de seguridad, cerca de las 19.30, en la escena del crimen. Sin embargo, los investigadores indicaron que la patente del vehículo, del cual se bajó la persona que le disparó al hombre de 67 años en la cabeza, se correspondía con el modelo, pero no con el color. En resumen, se trataba de un auto ponchado o clonado.
Con el dato de la patente, determinaron que fue registrado a las 2.14 de ese 2 de enero por el Anillo Digital en General Paz con dirección a la avenida Roca, por lo que creen que los sicarios serían de la zona sur de CABA. Además, entre el 6 de diciembre y el día del hecho, atravesó 66 veces ese control.
Al mismo tiempo, descubrieron que ese mismo Corsa estuvo involucrado en otro crimen ocurrido el 30 de diciembre en la puerta de un prostíbulo de Flores adjudicado a Zurita. Testigos cercanos a la víctima indicaron que “vivía hostigado” y era amenazado. Por esa razón, creen que ambos homicidios están relacionados.
El vehículo fue hallado e incautado en el cruce de la avenida Roca y Cosquín. El hombre que lo conducía, identificado como M.E.M., de 26 años, fue detenido y puesto a disposición de la UFI N°5, que lo imputará como partícipe del homicidio.
El homicidio de Zurita
Ramón Adán Zurita, de 67 años, fue ejecutado de un tiro en la cabeza en la tarde del primer día del año en la puerta de la casa de una de sus hermanas del barrio Matera de Merlo. Los asesinos lo interceptaron cuando sacaba su Nissan gris para regresar a su hogar tras los festejos para recibir el 2024, indicaron fuentes del caso a Infobae.
Los homicidas, según declararon los testigos en la causa, bajaron de un Chevrolet Corsa, cerca de las 19.30, a la altura de la propiedad situada en la calle Nolasco Flores, entre Almirante Brown y Hurtado. Se dirigieron a Zurita y le dispararon sin mediar palabra y escaparon sin robar nada.
Por esa razón, los investigadores ven el intento de robo como la hipótesis más alejada. En cambio, bucean en la particular vida de la víctima para dar con el móvil y los autores del crimen. Creen que puede tratarse de un ajuste de cuentas.
De acuerdo a la investigación del fiscal Oviedo, la víctima regenteaba departamentos donde se ejercía la prostitución en CABA. “Prestaba servicios como custodia de lugares que fueron allanados y cerrados”, detallaron las fuentes. Desde 2019, había comenzado un “emprendimiento propio en el mismo rubro”, agregaron.
Los detectives también profundizaron sobre sus vínculos románticos. En esos años, además, la víctima tuvo una relación con una joven de 30 años que trabajaba en la casa de citas. “Se enamoró de ella y tuvieron un hijo”, resumieron. “Él la ayudó para que no trabajara más y la mantenía mensualmente, pero estaban separados”, relataron.
Hace unos seis meses, Zurita comenzó a sufrir “todo tipo de hostigamiento”. Según declaró un testigo en la causa, el hombre -que no registra ningún antecedente comercial, trabajo legal o sociedad para sustentarse- “estaba muy paranoico”. Sin embargo, no quiso denunciar las amenazas que recibía, indicaron.
Por otro lado, en los últimos meses había comprado dos autos con el fin de utilizarlos para una aplicación de viajes. Uno de esos vehículos apareció en Salta, con papeles apócrifos y conducido por otras personas.
En ese sentido, los investigadores sospechan que el homicidio también pudo estar vinculado a una actividad ilegal, aún desconocida, con terminal en esa provincia del norte argentino. No descartan que haya una trama narco o de trata de personas.