Una discusión ocurrido en una fiesta pasada fue el detonante que llevó al crimen de Tomás Valentín Tello Ferreyra, de 18 años, cometido en la mañana de Año Nuevo en Santa Teresita. Por el hecho hay nueve detenidos. El adolescente no estaba solo; había salido con amigos que fueron testigos directos de cómo los violentos lo corrieron por más de seis cuadras, lo acorralaron y, finalmente, uno de ellos lo apuñaló hasta matarlo.
Mañana miércoles, el fiscal Pablo Gamaleri, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 11 del departamento judicial de Dolores, indagará a los sospechosos, entre los cuales se encuentra el presunto homicida, Damián Kopelian, de 21 años, vendedor ambulante de playa y un hombre de su familia, un ciudadano uruguayo de 57.
Los otros detenidos más complicados son también dos vendedores ambulantes de playa. Tienen 29 y 27 años. La situación del resto de los apresados, entre los que se encuentran dos menores de 16 y 17 años, se definirá luego de que se analicen las evidencias en la causa. Por lo pronto, Gamaleri pidió la detención formal de todos los acusados. La calificación legal del caso es la de homicidio agravado por premeditación y alevosía, tal como en el caso del crimen de Fernando Báez Sosa.
Esas mismas fuentes revelaron a este medio un dato central que aportó uno de los testigos directos del ataque a Tomás, un albañil oriundo de Mar del Tuyú: “Hubo un problema en una fiesta anterior entre Tomás y sus agresores. Se cruzaron en la zona del muelle de Santa Teresita y los victimarios decidieron vengarse”.
La secuencia que llevó al crimen comenzó poco antes de las 7 de este último lunes, en calle 39 y Costanera, donde Tomás estaba tras los festejos del inicio de año, y luego de haber celebrado con sus abuelos y familiares que habían llegado de Buenos Aires para darle la bienvenida al 2024. Allí, el adolescente se cruzó con los que serían sus homicidas. Allí también comenzaron las agresiones.
Tomás se alejó del lugar, empezó a correr, pero lo siguieron. La persecución ocurrió a lo largo de seis cuadras. En la calle 44 al 100, entre 1 y 2, lo acorralaron. Fue en la puerta de la casa donde dormía Joaquín. “Nos despertamos con botellazos, piedrazos, de todo. Estábamos sosteniendo la puerta, porque pensábamos que querían entrar. No sabíamos lo que estaba pasando. Yo había estado más temprano en la playa y habían ocurrido hechos de violencia, pero nada así”, reveló el joven diálogo con TN.
Tomás fue atacado entre varios hasta que Damián Kopelian, de 21 años, tomó un cuchillo. La autopsia demostró que apuñaló en el corazón al adolescente. Tras la agresión mortal, la patota escapó y los amigos que trataban de defender al albañil herido llamaron al 911.
Agentes de la Comisaría de La Costa 1ª de Santa Teresita acudieron al lugar y se encontraron con Tomás malherido. El adolescente fue llevado por el servicio de emergencias al hospital local, donde falleció. Samanta, la mamá del adolescente asesinado, trabaja justamente en ese mismo centro de salud.
“Salí caminando a las 7.15 y cuando llegué al hospital, mis compañeros me hicieron pasar rápido y me encontré con la situación. El médico me dijo que trataron de hacer todo lo posible, pero no pudieron hacer nada para salvarlo”, relató Samanta ante TN. Y dijo: “Era mi bebé, mi debilidad, como yo le decía a todo el mundo. Era mi único hijo varón y era mi compañero. Él era bueno, era trabajador de verdad y no lo digo por ser mi hijo. Se levantaba a las siete u ocho de la mañana y trabajaba desde temprano todos los días con su tío. Todo el mundo lo quería, era un chico bueno”.
Mientras eso sucedía, el fiscal dispuso entonces que se preserve el lugar y, mientras la Policía Científica hacía pericias, la DDI más el personal de GTO lograron identificar testigos y así establecer qué habría pasado. Las cámaras de seguridad del municipio colaboraron con los datos. Así, se implementó una operativo cerrojo y se realizó un rastrillaje que culminó con el arresto de los nueve sospechosos.
Todos fueron trasladados a la Comisaria de Santa Teresita, donde se les incautó la ropa para pericias posteriores.
La madrugada de Año Nuevo estuvo signada por otros hechos de violencia en Santa Teresita. En uno de ellos se ve a un joven desvanecido en el suelo, la Policía en la zona y hasta corridas. Ocurrió en el cruce de Costanera y calle 38, apenas a una cuadra de donde comenzó el ataque mortal al albañil. “Acá, hace 15 años, más o menos, se acomodó la noche y nunca más hubo problemas, esto no es habitual”, dijeron las fuentes consultadas, conocedoras de la movida nocturna del lugar.
El lunes por la noche, familiares, amigos y allegados de Tomás marcharon frente a la comisaría local, se registraron incidentes y un choque con la Policía.