La historia detrás del ataque de furia de Año Nuevo en La Plata que terminó con un chico de 14 años asesinado de un tiro en la cabeza

Se trata de Isaías Córdoba, muerto en un barrio de Melchor Romero, en medio de una pelea entre dos grupos. El acusado escapó y todavía es buscado por la Policía Bonaerense

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La esquina de la casa en la vivía el chico asesinado
La esquina de la casa en la vivía el chico asesinado

El acusado de matar en Año Nuevo a Isaías Córdoba, un adolescente de 14 años, durante una discusión entre dos grupos del barrio El Retiro, en la localidad platense de Melchor Romero, todavía está prófugo. Si bien ya fue individualizado, la Policía Bonaerense todavía lo busca intensamente. Según los primeros datos de la investigación, el asesino intervino en la pelea, tomó un arma y disparó a cierta distancia. El tiro impactó en la cabeza de la víctima, quien moriría pocos minutos antes de llegar al hospital.

Altas fuentes con acceso al expediente investigado por el fiscal Álvaro Garganta, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 11 de La Plata, revelaron a Infobae la historia detrás del crimen. De acuerdo con lo que trascendió en un primer momento, el ataque supuestamente se había producido en el marco de una venganza del asesino contra el hermano mayor de Isaías. Sin embargo, los investigadores no encontraron ningún elemento hasta ahora que sustente esa hipótesis. Es más, la explicación del salvaje ataque de furia es más simple de lo que se supo originalmente.

El hecho ocurrió durante la madrugada del 1º de enero en la calle 50 bis entre 157 y 158, a pocas cuadras de la casa de la víctima. Hacia las 3 de la mañana, dos bandas opuestas del barrio comenzaron a discutir por motivos que todavía no fueron esclarecidos. De hecho, para los detectives es casi irrelevante la explicación de la disputa, ya que de acuerdo con lo que pudieron averiguar, la pelea era “muy menor” y ninguno de los testigos imaginó jamás que iba a derivar en una tragedia.

Es decir, el enfrentamiento no cruzaba los límites de un par de empujones e insultos de ambos lados. Fue entonces que apareció en escena el asesino, quien prácticamente sin mediar palabra, salió de su domicilio con un arma de fabricación casera y efectuó un disparo contra el grupo de personas que peleaba.

Estaba a cierta distancia, pero fue suficiente para herir gravemente a Isaías, quien venía de pasar los festejos del Año Nuevo junto a su familia en la tradicional quema de muñecos que se lleva a cabo todos los 31 de diciembre en la capital bonaerense.

“Supuestamente no se conocían de antes y se empezaron a pelear con un manoteo de por medio hasta que uno de los chicos corrió en auxilio y en un momento dado apareció este hombre que salió de una casa con un arma tumbera, de esas pistolas caseras, y le disparó en la cabeza al chico”, dijo el investigador.

No había una vieja pelea de fondo ni se trató de una patota que atacó a Isaías y su hermano, tal como se informó en un primer momento. Para la fiscalía, se trata de una situación prácticamente espontánea, en un contexto de violencia en un barrio humilde, que terminó con chico muerto de un disparo en el cráneo.

Es más, al resto de los que estuvieron en la gresca, no se les notificó de ninguna causa en su contra porque, al menos en lo que se sabe hasta ahora, no participaron del crimen ni incitaron a hacerlo.

Otro dato que se dio a conocer es que el asesino había sido detenido poco después del crimen. De acuerdo con lo que indicaron a este medio, el sospechoso -apenas mató a Córdoba- huyó con su familia del barrio, lo que ocasionó la reacción violenta del resto de los vecinos, una vez que se confirmó que Isaías estaba muerto en el hospital de Melchor Romero.

“Estamos buscando a su mujer y sus dos chicos. Se mudó porque ahí se armó un gran lío en el barrio. Atacaron a los padres, le quemaron la moto y la casa. Los vecinos enardecieron, aprovecharon toda esta situación para hacer saqueos”, comentó el investigador.

Respecto al arma homicida, dijo que se trató un objeto muy precario, “armado con un destornillador y un caño”, que apenas sirve para un tiro. “Son armas que se ven todo el tiempo y se usan en las villas especialmente. No hay más crímenes de este estilo porque simplemente no tienen puntería”, graficó la fuente.

A esta hora, el sospechoso -cuya identidad no trascendió- todavía es buscado intensamente por la Policía Bonaerense, aunque creen que no pudo irse muy lejos porque no cuenta con los medios suficientes para hacerlo. El presunto asesino no tiene antecedentes penales, aunque sí varios hechos de violencia a su nombre en el barrio, pero ninguno como el crimen de Isaías. Cuando lo capturen deberá enfrentar una acusación por el delito de homicidio.

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