La madre de Araceli Fulles, la joven que fue asesinada en la localidad bonaerense de José León Suárez en 2017, repudió el fallo del Tribunal de Casación bonaerense que decidió absolver a los tres hombres que fueron condenados a prisión perpetua en calidad de coautores. “Volvieron a matar a mi hija”, señaló Mónica Ferreyra al manifestar que creía que iba a poder obtener justicia seis años después del femicidio.
El pasado 28 de diciembre la Sala I del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, compuesto por los jueces Daniel Carral, Ricardo Maidana y Víctor Violini, ordenaron que los tres acusados Carlos Damián Cassalz, Marcelo Ezequiel Escobedo y Hugo Martín Cabañas fueran puestos en libertad al hacer lugar al pedido de la defensa que cuestionaba la veracidad de las pericias odoríficas realizadas por el perito Marcos Herrero.
En paralelo, los magistrados solicitaron a la Fiscalía General de San Martín investigar la actuación del investigador y a la Procuración de la provincia establecer un protocolo de actuación para los peritajes de esta índole luego de que citaran las irregularidades que también se encontraron en el caso de Anahí Benítez, la adolescente que fue asesinada en Lomas de Zamora en julio de 2017.
“Hagan de cuenta que me volvieron a matar a mi hija de vuelta, me volvieron a lastimar y es un volver a empezar, porque fueron cinco años que luché para la justicia de mi hija y pensé que iba a estar descansando en paz”, recriminó Ferreyra, en un diálogo con TN, para después defender al adiestrador que colaboró con la investigación, debido a que consideró que Herrero aportó pruebas fundamentales para la causa.
De acuerdo con las declaraciones aportadas por Télam, el perro rastreador con el que trabajó Herrero fue el responsable de que hallaran los restos de Araceli en el patio de la casa del primer acusado, Darío Badaraco. Por este motivo, la mujer planteó: “Yo creo que al hombre esté lo están ensuciando” al agregar que comenzó a colaborar con la familia de la víctima sin ningún interés de por medio. “Llamó por teléfono y se ofreció sin lucro de nada”, recordó.
“Él no puso el cuerpo de mi hija ahí, el perro se fue solo”, señaló Ferreyra al hacer referencia a una zona del lugar que estaba repleta de escombros, debajo de los cuales encontraron el cadáver de la joven el 27 de abril de 2017. Cabe recordar que Araceli, de 22 años, era intensamente buscada desde el 1 de abril de 2017, cuando su madre perdió el contacto con ella tras haber recibido un mensaje que decía: “Vieja, prepará las cosas para el mate que estoy yendo para casa”.
En este sentido, la madre de Fulles aseguró que “el dolor es cada vez más fuerte, yo lo único que quiero es que esos jueces se pongan la mano en el corazón, que nunca les pase lo que me pasó a mí, y que se fijen lo que están haciendo”. Asimismo, remarcó que a su hija no se la van a poder devolver, pero rogaba por recobrar la paz de que los culpables cumplan con su condena.
“No puede ser que ellos salgan cuando yo no la puedo sacar a mi hija del cementerio, yo a mi hija no la puedo sacar nunca más y ellos no tendrían que haber salido”, criticó la mujer al denunciar que “hay una mano negra en esto”. Bajo esta línea, anticipó: “Voy a empezar a hacer marchas, voy a empezar a luchar, porque esto no puede quedar así, mi hija no se mató sola”.
Por su parte, el Tribunal argumentó la autenticidad de la actuación realizada por la defensa de los acusados contra el perito al señalar que “no se limitaba a los aspectos puramente formales de su intervención, sino sobre el temor fundado de que su actuación haya sido ilegítima”, en referencia a que no formaba parte del equipo de investigación formal.
Frente a esto, los magistrados plantearon que la participación de Herrero tuvo un gran impacto en “la formación de la hipótesis acusatoria y en la propia existencia de la prueba de cargo esencial que se valoró en contra de los acusados”, debido a que remarcaron que “la constatación del olor de la víctima dentro del corralón depende de la fiabilidad que se asigne a las afirmaciones de Marcos Herrero, cuando dijo que su perro le comunicó el reconocimiento de aquel olor”.
En el juicio que terminó por condenarlos, los jueces aceptaron que la escena del crimen se encontraba en el corralón que era propiedad de Cassalz luego del “marcamiento positivo de olor” que realizó el can “Halcón” que portaba Herrero.
De esta manera, consideraron que la joven sufrió una muerte violenta a cargo de Darío Badaracco, Marcelo Escobedo y Hugo Cabañas, quienes fueron señalados como los responsables de haber consumado el crimen por medio de una “asfixia mecánica” provocada por un “estrangulamiento a lazo”, según los resultados que arrojó la autopsia realizada a Fulles.
No obstante, Casación Penal esperará a los resultados de la investigación en contra del perito al que acusaron por presuntamente haber plantado falsa evidencia. Además, recordaron que el hombre cuenta con una condena de un Tribunal de Mendoza que lo encontró culpable de una maniobra similar que realizó en la búsqueda de Viviana Luna.