Rechazaron el pedido de excarcelación para los asesinos de Natalia Melmann: “Es una lucha constante”

Para la familia de Natalia Melmann, cada pedido de excarcelación para los dos ex policías acusados del asesinato revive el temor de que -algún día- tanto Ricardo Anselmini como Oscar Echenique puedan realmente recuperar su libertad. A 22 años del homicidio ocurrido en Miramar, la certeza de que los responsables del crimen cumplan con su condena tras las rejas aún no está firme. Por el contrario, lo definen como “una lucha constante”. “Siempre los quieren excarcelar”, reclama a Infobae Gustavo Melmann, padre de la víctima.

Este viernes, los familiares de la joven asesinada en enero de 2001 en el vivero Florentino Ameghino, volvieron a respirar tranquilos: tras una nueva solicitud de la defensa, la Cámara de Apelaciones y Garantías de Mar del Plata rechazó una vez más la liberación de los acusados y ratificó que ambos seguirán en la cárcel.

La determinación fue confirmada este mediodía en la sala 1 de la cámara marplatense, la cual ratificó el fallo del juez de Ejecución Penal, Ricardo Perdichizzi, que el pasado 6 de diciembre no hizo lugar a la petición de que los condenados sean beneficiados con la libertad condicional.

Fue el juez Adrián Angulo el que estuvo a cargo de la definición y debió intervenir en el caso luego de que sus colegas Esteban Viñas y Pablo Poggeto llamaran a un cuarto intermedio por no poder ponerse de acuerdo entre ellos en una primera instancia. Es que la cuestión se había tratado el pasado martes en una audiencia que terminó inconclusa debido a que surgieron disidencias entre los magistrados: el primero de ellos había votado por concederles la excarcelación, mientras que su par votó por rechazarlo.

“Nunca sabemos lo que puede pasar, Viñas siempre lo quiere excarcelar”, se quejó Gustavo Melmann, quien días antes emitió un comunicado solicitando que no los liberen y advirtiendo de los riesgos de que vuelvan a la calle. Acerca de la definición final, señaló: “Es una bocanada de aire fresco para Nati y para toda la familia”.

En la resolución dictada este viernes, el juez Angulo coincidió con su colega Poggeto y señaló que, si bien Echenique y Anselmini poseen “la sugerencia de viabilidad de la libertad condicional del departamento técnico criminológico del Servicio Penitenciario Bonaerense”, también los mismos informes advierten sobre las reservas existentes en los informes psicológicos de ambos penados. Estas sugieren la realización de un tratamiento psicológico para los dos, tal como lo hacían los documentos reservados del año 2022 que se tuvieron en cuenta al resolver en las incidencias de libertad condicional.

Ambos expolicías acusados por el homicidio de Melmann fueron condenados en septiembre de 2002 como coautores de los delitos de “rapto, abuso sexual con acceso carnal agravado por la pluralidad de personas y homicidio criminis causa” en perjuicio de Natalia, una adolescente de 15 años, cometidos el 4 de febrero de 2001.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Mar del Plata los sentenció junto a otro policía, Ricardo Suárez (61), quien según fuentes judiciales, no presentó ningún pedido para gozar de libertad condicional. Por el hecho también fue condenado en esa instancia, pero a 25 años de cárcel, Gustavo “Gallo” Fernández, por su participación en el secuestro, aunque la pena fue reducida luego a 10 años de prisión.

El último 17 de mayo, más de 22 años después del crimen, fue sentenciado a perpetua un cuarto policía, el ex sargento Ricardo Panadero. El TOC 4 marplatense lo halló culpable de “privación ilegítima con empleo de violencia, abuso sexual calificado por la intervención de dos o más personas y homicidio doblemente agravado por el concurso de dos o más personas y por haberse consumado para lograr la impunidad”.

La condena del cuarto policía se dio en el marco del segundo juicio que debió enfrentar, ya que había sido absuelto en un primer proceso en 2018. Ese fallo fue apelado y el 13 de noviembre de 2019 la Sala III del Tribunal de Casación bonaerense anuló esa absolución y ordenó la realización de un nuevo juicio.

Según se estableció, Natalia fue obligada a subir a una camioneta de la Policía bonaerense y llevada a una casa ubicada en el extremo sur de Miramar, donde “fue accedida carnalmente”, y luego, “con el inequívoco propósito de procurar la impunidad de la agresión sexual, la víctima fue muerta por asfixia, estrangulada con un lazo confeccionado con el cordón de una de sus zapatillas”.

Los policías trasladaron luego el cuerpo al vivero Florentino Ameghino, donde fue hallado cuatro días más tarde, debajo de una pila de hojas.

El crimen provocó la reacción de la comunidad local y regional, que encabezó junto a los familiares y allegados de la adolescente múltiples marchas para pedir Justicia.