El asesinato del destacado genetista Daniel “Pájaro” Martinengo, acribillado por su amigo Alexis Barrios por causas que aún se mantienen en el misterio, conmocionó a la localidad de Pozo del Molle, en Córdoba. Sobre todo por el arraigo que tenía la víctima en el lugar y por su importante trayectoria en su rubro.
Martinengo tenía 50 años y llevaba el campo en la sangre. Hijo de “Pinino” Martinengo, pasó su vida vinculado al mundo del Holando Argentino.
“Daniel tiene una larga trayectoria en la industria del mejoramiento genético con más de 30 años de experiencia en el área. Es reconocido internacionalmente como miembro de la lista oficial de jurados de la Asociación Criadores de Holando Argentino. Y también por su gran trabajo hecho en las más grandes cabañas de raza Holando de Argentina”, lo presentó hace pocos meses la empresa Genex Argentina, donde recién había comenzado a trabajar al momento de su muerte.
Esta mañana, la firma publicó un mensaje en Instagram junto a una foto de la víctima: “Todo el equipo de Genex Argentina siente muchísimo la pérdida de nuestro amigo y colega Daniel Martinengo. Un padre ejemplar, un gran profesional y un amigo leal. Te recordaremos siempre”.
En su camino profesional, el asesor genético pasó muchos años dentro de la empresa Reproductores (ahora llamada Select Sires Argentina) y le dedicó gran parte de su tiempo a la cabaña Don Nura de SyC Tambos en San Marcos Sud.
“Es con profundo pesar y tristeza que compartimos la dolorosa noticia del fallecimiento del Daniel Martinengo, referente indiscutido de la lechería Argentina. Un apasionado de las vacas que tuvimos la suerte de llamar compañero durante más de 20 años. Su entusiasmo y compromiso dejaron una marca indiscutible en todos nosotros. Gracias, Pájaro”, posteó en Facebook Select Sires Argentina & Juan Debernardi.
Además, gracias a su destacada labor, era miembro de la lista oficial de jurados de la Asociación Criadores de Holando Argentino. Eso lo llevó a ser jurado en distintas pistas del país -Palermo incluido- y el extranjero.
“Se fue un compañero con el que compartimos más de 20 años. Un persona directa y frontal que no tenía empacho en dar su opinión a quien se pusiera adelante, de los de antes. Uno de los pocos que seguía manteniendo la pasión por hacer buenas vacas”, lo recordó un allegado en Facebook.
“Para mí, las vacas son mi vida. Si tuviera que nacer de nuevo, volvería a hacer lo mismo porque realmente me gusta. Es mi pasión, algo que disfruto y me divierte. Me crié en esto y no voy a salir de aquí”, había dicho Martinengo en una entrevista con ViveNuestroPerfilTV.
La muerte le llegó de manos de un amigo, su vida fue para las vacas.