La Policía de la Ciudad llevó a cabo operativos en los barrios porteños de Constitución y La Boca, resultando en el decomiso de más de 1.400 piezas de pirotecnia clandestina y aproximadamente 400 medicamentos sin la debida autorización para su comercialización, según informaron portavoces de la fuerza de seguridad este jueves.
Los procedimientos, solicitados por la Fiscalía Flagrancias Este, fueron ejecutados por la División Investigaciones de Armas de Fuego y Explosivos Ilícitos en colaboración con la Agencia Gubernamental de Control y el Escuadrón Antibombas de la Policía de la Ciudad. En total, se llevaron a cabo cuatro intervenciones en locales de los mencionados barrios.
La Policía de la Ciudad emitió un comunicado detallando que en un local situado en la calle Salta al 1700 de Constitución, el personal policial confiscó 108 bombas de estruendo y 18 morteros. Mientras tanto, en un establecimiento de Martín Rodríguez al 1000 de La Boca, se incautaron 1.350 piezas de pirotecnia y 388 pastillas de diversas denominaciones, lo que condujo a su clausura por parte de la Agencia Gubernamental de Control..
Según informó Télam, los responsables de ambos locales fueron notificados de una causa en su contra por incumplimiento del artículo 289 del Código Penal, referente a la falsificación, alteración o supresión de la numeración de un objeto registrado según la ley.
Las actuaciones realizadas durante los operativos también incluyeron cargos por la comercialización de explosivos ilícitos y medicamentos. La AGC, en coordinación con la Policía de la Ciudad, enfatizó la importancia de la aplicación rigurosa de las normativas correspondientes para garantizar la seguridad pública y prevenir actividades ilícitas.
Por otro lado, en el contexto de las próximas celebraciones de Navidad y Año Nuevo, se destaca la necesidad de mantener la atención sobre los peligros asociados al uso de pirotecnia. A pesar de la creciente conciencia sobre los riesgos, la atracción por los fuegos artificiales durante las festividades aumenta la probabilidad de accidentes.
Según expertos médicos, los incidentes más comunes asociados con la pirotecnia suelen ser las quemaduras, y las áreas más afectadas son los brazos, las manos y el rostro. Esto se debe, en gran medida, al tiempo limitado entre la ignición y la explosión de los fuegos artificiales, que a menudo no permite que las personas adopten una distancia segura a tiempo.
Los profesionales de la salud advierten que es esencial evitar exponer los elementos pirotécnicos a fuentes de calor y, en caso de que no exploten, se recomienda no tocarlos. En lugar de ello, se aconseja apagarlos con abundante agua y mantenerse a una distancia segura. También se destaca la importancia de no llevar pirotecnia en los bolsillos y siempre leer y seguir las indicaciones de uso de cada artefacto, subrayando la necesidad de adquirir únicamente pirotecnia autorizada.
Se enfatiza que la pirotecnia clandestina aumenta significativamente los riesgos de sufrir accidentes. Las autoridades sugieren que los productos autorizados llevan la leyenda “Producto autorizado por el RENAR”, el número de registro correspondiente y detalles del fabricante o importador. Estos detalles son cruciales para identificar pirotecnia segura, ya que la falta de cumplimiento con estas regulaciones incrementa la probabilidad de accidentes.
En caso de quemaduras causadas por pirotecnia, los profesionales médicos aconsejan lavar la zona afectada con agua fría y cubrirla con gasas estériles o telas limpias y húmedas. Para quemaduras más extensas, se sugiere utilizar una manta mojada con agua fría para cubrir completamente a la víctima. Además, es crucial retirar cualquier objeto que pueda ejercer presión sobre la quemadura, como anillos o pulseras. En el caso de quemaduras en los dedos, se recomienda separarlos con gasas húmedas antes de realizar el vendaje.
La Sociedad Argentina de Pediatría hace hincapié en la importancia de no manipular pirotecnia de forma casera y sugiere que su uso se restrinja a espectáculos oficiales con operadores capacitados. Advierten que los fuegos artificiales y productos similares pueden causar no solo quemaduras, sino también daños oculares, asustar y lastimar a los animales, y tener un impacto negativo en el medio ambiente.
Un aspecto alarmante destacado por la sociedad es que los niños representan aproximadamente el 50% de las víctimas de accidentes pirotécnicos, siendo el grupo de 10 a 15 años el más afectado. Los menores, según señalan, carecen de la comprensión necesaria para entender los peligros asociados con los fuegos artificiales, así como de la capacidad de reacción y el juicio para evitar situaciones de riesgo o actuar adecuadamente en caso de emergencia.
Con información de Télam