Este último martes, Jesús Orlando Neciosup Vilcapoma cometió el más reciente arrebato de su larga carrera como motochorro. Nacido en Lima el 25 de octubre de 1993, hoy con domicilio en la villa Rodrigo Bueno de Puerto Madero, Jesús Orlando fue arrestado por la Policía de la Ciudad en la esquina de Paseo Colón y Belgrano por robarle el teléfono a una mujer de 26 años a bordo de su moto Honda XR.
Un llamado al 911 que reportó el hecho llevó a una persecución para encontrarlo. Un testigo del hecho que supo marcarlo hizo el resto. Así, terminó detenido en una nueva causa por robo, esta vez en el Juzgado N°54 de Santiago Bignone. Lo detuvieron junto a un cómplice, un chico de 19 años también vecino de la villa Rodrigo Bueno, con dirección en su misma cuadra. No era su compa usual.
A lo largo de los últimos años, Jesús Orlando salió a robar junto a su hermano mayor, Rafael Ángel. Ambos habían estado presos a mediados del año pasado -Rafael en el penal de Devoto, Jesús en Ezeiza- cuando el Tribunal N°22 los condenó por hurto.
El hecho había “ocurrido el día 29 de marzo del año 2022, entre las 18:21 y las 18:26 horas, oportunidad en la que actuando en forma coordinada, y previo acuerdo de voluntades y distribución de tareas, se apoderaron ilegítimamente de un teléfono celular marca Samsung modelo J7, color blanco, y de una campera oscura, como así también, de un teléfono celular marca Samsung modelo J2, de color blanco, un reloj pulsera con malla negra y un Documento Nacional de Identidad”, según un documento judicial al que accedió Infobae.
Ni siquiera tuvieron que ir lejos para este ataque. Robaron los objetos de una camioneta estacionada en su cuadra. Ya los conocían por robar en la villa Rodrigo Bueno. Eran matones. El 29 de julio de 2016, por ejemplo, le robaron 260 pesos y un teléfono a un camionero que había bajado de su vehículo a comprar en un almacén. También, lo amedrentaron con un cuchillo tipo Tramontina.
Rafael se llevó la peor parte en los tribunales. Le dieron cinco años, con la acumulación de otras tres condenas previas que arrastraba desde 2018. También le revocaron la libertad condicional de la que gozaba. Había salido a robar con el beneficio.
Jesús tuvo una suerte parecida: le dieron un año y seis meses, luego de que en 2018 el Tribunal N°5 le diera cinco años y diez meses de prisión por tres causas distintas que databan desde 2015. Los delitos: robo agravado por su comisión con arma, en concurso real con robo, en grado de tentativa reiterado –dos hechos y lesiones agravadas por haber mantenido una relación de pareja con la víctima. Es decir, violencia de género.
Sin embargo, los hermanos Naciosup recibieron una buena noticia a comienzos del mes pasado. La Sala III de la Cámara Criminal y Correccional decidió anular la condena del Tribunal N°22 del año pasado y absolverlos. El problema: varias fallas en las declaraciones de testigos. La prueba no resistió.
Así, con un gol fresco en la Cámara, Jesús Orlando salió con su moto otra vez.
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