La familia de Lucio Dupuy, antes del veredicto: “Nos hicieron sentir como si hubiésemos sido culpables”

Ramón Dupuy y su hija Cinthia expresaron su disgusto con el desempeño de las defensas de las acusadas durante el debate. Sienten que “trataron de correr el eje de discusión” con el fin de cuestionarlos

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El abuelo de Lucio Dupuy y un cuadro de su nieto que le regalaron en General Pico (Gastón Taylor)
El abuelo de Lucio Dupuy y un cuadro de su nieto que le regalaron en General Pico (Gastón Taylor)

La Pampa, enviado especial.- La familia paterna de Lucio Dupuy atraviesa las horas previas al veredicto del jury contra la jueza Ana Clara Pérez Ballester y la asesora de menores Elisa Catán con sentimientos cruzados. Por un lado, con la expectativa de que este viernes la Justicia declare culpables a las funcionarias, acusadas de mal desempeño. Y por el otro, con indignación por lo ocurrido durante el juicio.

“Los abogados de las defensas nos hicieron sentir como si nosotros hubiésemos sido culpables, como si no nos hubiésemos preocupado nunca por Lucio. Y no es así. Nos hicieron sentir tan mal, pero tan mal, que parece que no fueran humanos, sino caranchos que no tienen ni alma ni corazón”, criticó con dureza el abuelo de Lucio, Ramón Dupuy.

En diálogo con Infobae, Ramón consideró que aquello fue parte de una estrategia de los representantes legales de Pérez Ballester y Catán. “Trataron de correr el eje de discusión. Se cuestionó a Christian; que no colaboraba, que no ayudaba con los alimentos, que por qué no pidió la tenencia. Y a la progenitora no se la cuestionó en ningún momento”, reprochó.

Lo mismo opinó su hija Cinthia, tía de Lucio. Ella contó que la participación en el juicio le dejó a su familia “sensaciones amargas” y que sintieron “temor” porque “se pretendió correr el eje del objeto de este trámite”.

“Es cierto que pudo haber cosas que, en su momento, no hemos hecho como familiares de Lucio, o mejor dicho, que hemos actuado sin tener los reparos necesarios, más allá de que nunca imaginamos allá por 2020 estar involucrados en este verdadero horror. Pero, sin dudas, estamos convencidos de que no hacen falta testigos de nada para determinar y analizar el desempeño de funcionarios judiciales. Eso está en los expedientes y estos son claros respecto de lo que se ha hecho, y cómo se ha hecho. No hacen falta ni cuarenta ni un testigo para determinar si la jueza y la asesora se desempeñaron como correspondía en el caso”, dijo Cinthia.

Los familiares cuentan que fue “muy doloroso y angustiante revivir todo nuevamente y tener que estar en el banquillo, aunque sea de testigo”. En el caso del abuelo, además, tuvo que afrontar una situación inesperada: un careo con su ex abogada, Adriana Mascaró, quien representó a los Dupuy cuando se firmó el acuerdo de cuidado personal entre la tía política Leticia Hidalgo y la madre del niño, para que Magdalena Espósito Valenti volviera a tener a su hijo.

Ramón tuvo un careo con su ex abogada en la audiencia del martes pasado
Ramón tuvo un careo con su ex abogada en la audiencia del martes pasado

Según Ramón, antes de que se firmara ese acuerdo le había presentado a la letrada varias fotos “donde ellas (NdeR: Espósito Valenti y su pareja, Abigail Páez, ambas condenadas a perpetua) hacían cosas delante de Lucio, de plantas de marihuana en macetas, de chats con agresiones a Christian (Dupuy, padre de Lucio)”.

“Eso no sirvió para nada. Esas pruebas Mascaró se las llevó a Pérez Ballester y nos dijo que la jueza le había manifestado que (Lucio) no iba a estar mejor que con la mamá”, declaró en el debate.

Sin embargo, Mascaró lo desmintió ante el tribunal. “Jamás me entregaron eso… Si hubiera sido así, jamás hubiera aceptado que se firmara el acuerdo (...) Solo recibí una foto, que me mandó Leticia, porque la mamá le había hecho a Lucio un corte de pelo raro. Pero eso no era para sospechar sobre una situación de riesgo”, aseguró.

Frente a ello, Ramón tildó a la abogada de “mentirosa”. “Yo la conozco desde hace más de veintipico de años. Tenía muy buena amistad con el marido de ella, que falleció. Hemos compartido mucho juntos. Verdaderamente, me siento mal, desilusionado con esta mujer. Nunca esperé que me negara lo que me negó”, reveló en la charla con este medio.

El abuelo y su esposa, Silvia Gómez, regresaron a La Pampa el lunes pasado, luego de haber estado unos días en Santa Cruz. Habían ido hasta allí con el fin de manifestar la necesidad de que la provincia sureña se adhiera a la Ley Lucio: al día de hoy, es una de las tres que no lo han hecho; las otras son Buenos Aires y Córdoba, aunque en estos casos la adhesión a la Ley 27.709 ya tiene media sanción.

En ese marco, tuvieron una reunión con autoridades en la Casa de Gobierno, de la cual salieron con la “esperanza” de lograr su objetivo. “Nos trajimos la palabra de los legisladores y del secretario de Gobierno de que van a tratar la ley”, sintetizó Ramón.

Silvia Gómez y Ramón Dupuy (Gastón Taylor)
Silvia Gómez y Ramón Dupuy (Gastón Taylor)

Los Dupuy ahora esperan el veredicto reunidos en la localidad de General Pico, ubicada a unos 130 kilómetros de Santa Rosa. Este viernes estarán todos presentes en el recinto de la Cámara de Diputados para escuchar juntos el fallo que puede resultar en la destitución de Pérez Ballester y Catán, o en el levantamiento de la suspensión temporal que actualmente pesa sobre ambas.

No digo que sean malas personas, pero actuaron mal con Lucio. Para mí, van a seguir siendo las terceras asesinas”, apuntó el abuelo. En sintonía, Cinthia expresó a través de Facebook: “No está en duda la honestidad de las funcionarias, sino se debe analizar su papel frente al caso. Está claro que el final de Lucio obliga a analizar cómo se llegó a eso”.

Mientras tanto, los familiares agradecen las muestras de apoyo que reciben a diario y las iniciativas para recordar al niño, como por ejemplo, la realización de un mural de alrededor de 40 metros de largo en el Parque Alberdi del barrio porteño de Mataderos, una obra que será inaugurada este fin de semana (el sábado a las 18) y que es impulsada por la ONG Infancia Compartida mediante la cruzada “No más hijos rehenes”.

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