El 2 de noviembre del 2022 la ciudad santafecina de Rosario fue escenario de un violento asesinato que se cobró la vida de una adolescente de 16 años, acribillada por tres sicarios que finalmente este lunes fueron imputados.
Franco Darío Aguiar, Nicolás Daniel Spalletta y Gonzalo Ezequiel Villalba habrían matado a la joven por dinero ya que estaba, según informaron fuentes judiciales, involucrada en el mercado local del narcomenudeo.
Fue el juez Hernán Postma quien les dictó la prisión preventiva, mientras que la fiscal de la causa, Marisol Fabbro, les atribuyó el crimen de la joven identificada como Candela Berenice Romero, quien fue baleada en el interior de su vivienda, la cual fue marcada como un punto de venta de droga barrial.
Ademas detalló que el asesinato fue instigado por un hombre que aún no fue identificado y no solo ideó el crimen sino que les pagó a los sicarios “una suma de dinero para su efectivización”. Así lo indicó Fabbro.
Inclusive precisó que con ese fin, habrían sido provistos de armas de fuego, de un automóvil Ford Fiesta y de “varias motocicletas”.
El hecho ocurrió en los primeros minutos de la madrugada en la calle Las Achiras al 600, en la zona oeste de Rosario, donde se encontraba la vivienda de la víctima que actualmente es el domicilio familiar de los Romero, aunque en el barrio los conocían como la “familia Martínez”, por el apellido de la madre de la chica asesinada.
Según pudo averiguar Télam sobre la investigación, los tres imputados habían llegado a la casa acompañados de otras personas arriba de un vehículo, del cual se bajaron armados ni bien observaron la llegada de Romero a la vivienda.
Ante esta situación la acorralaron y obligaron a entrar “a la fuerza”. Los datos arrojados por el Ministerio Público de la Acusación (MPA) determinaron que la chica subió a una habitación del primer piso del inmueble, donde fue alcanzada por los sicarios que la mataron de varios tiros, los cuales impactaron contra el cráneo, el brazo derecho, el cuello y la espalda.
Una vez ejecutado el crimen abandonaron el lugar, pero en la huida dispararon 19 veces con pistolas calibre 9 milímetros contra un domicilio de la zona ubicado en Pasaje 1707, a la altura del 7700, detalló la acusadora.
Lo que llamó la atención en el caso fue que el día del crimen, 8 horas antes, también había sido atacado el novio de la joven, quien fue baleado en inmediaciones de la calle Nicaragua y el pasaje Volta, en la zona oeste. El chico había recibido un disparo en el abdomen, dos en el tórax, uno en el brazo derecho y uno en el cráneo, lo que lo llevó a ser trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA).
Además, unos días antes del aberrante hecho en cuestión, fue asesinado en la misma zona un tío de la chica.
El hombre había recibido 8 disparos según las primeras actuaciones de la División de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal, que en la escena incautó ocho vainas servidas calibre nueve milímetros.
En ese entonces se habían tomado testimonios vecinales y señalaron que el hombre no vivía en donde fue asesinada, pero indicaron que “era del barrio” y que además vendía droga al menudeo en esa zona.
Lo que de alguna manera lleva a comprobar la hipótesis de que el domicilio donde ocurrió el crimen era el presunto punto de venta de drogas en el barrio.
Además, esa vivienda había sido allanada con anterioridad por la Justicia Federal rosarina en una causa por comercio de estupefacientes que desactivó una banda de venta barrial.