A más de 6 meses del crimen de Gabriel Izzo en San Antonio de Padua, detuvieron a otro sospechoso que se encontraba prófugo de la Justicia desde el pasado 9 de junio, cuando el empresario fue brutalmente asesinado en medio de una entradera.
Se trata de Diego Eduardo Correa, de 25 años, quien contaba con un pedido de captura nacional e internacional. La detención se efectuó cerca de las 21 horas del martes en el partido bonaerense de San Martín tras una persecución policial que se extendió por 30 cuadras. El hombre circulaba con un auto robado.
Correa se suma a la lista de detenidos. Hace un mes, capturaron a Brígido “Paraguayo” Achucarro González, señalado como autor del homicidio de Izzo. Fue detenido el 16 de noviembre en Loma Hermosa, en el Partido de Tres de Febrero.
“El Paraguayo”, que ya había sido detenido por el crimen, se escapó el 28 de agosto pasado, junto a otros reclusos, de la comisaría de Merlo en la que había sido alojado. El Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires había ofrecido una recompensa de 4 millones de pesos para quien aporte datos que pudieran llevar a los investigadores a su paradero.
De acuerdo con las fuentes del caso, detectives de la DDI de Morón llegaron al prófugo a través del análisis de las comunicaciones del entorno de su pareja, que fue condenada, en agosto, a tres años de prisión de ejecución condicional por pertenecer a otra banda dedicada a cometer robos.
Los efectivos le encontraron un DNI falso a nombre de Víctor Ramón Alamo, con el que planeaba fugarse a Brasil, según precisaron a este medio. El número pertenece a un vecino de Rafael Calzada. También le encontraron una alta suma de dinero en efectivo. Por esto mismo, a la extensa hoja de antecedentes de “El Paraguayo” se suma una imputación por un delito federal: partícipe en la falsificación de un documento público.
Además, permanecen detenidos Gustavo Mac Dougall, Walter Mario “El Uruguayo” Rodríguez Sierra y Jonathan Ricardo “El Monarca” González.
La causa está en manos de la UFI N°5 de Morón, a cargo de Claudio Oviedo y Marisa Monti. El crimen de Gabriel Izzo ocurrió durante la madrugada del pasado 9 de junio, cuando cinco ladrones ingresaron a la casa del empresario, ubicada en calle Italia, a pocas cuadras de la estación de San Antonio de Padua.
De acuerdo con la investigación, la banda llegó en un Gol gris y forzó una persiana de madera para ingresar a la vivienda, donde dormía el empresario y su esposa, Silvia Petinari, hija del propietario de una empresa dedicada a la fabricación de acoplados, volcaduras y semirremolques en Merlo.
Por los ruidos, Izzo se despertó, tomó sus armas -una pistola Bersa calibre .40 y un revólver .38- y enfrentó a los ladrones, quienes le dispararon y lo apuñalaron. Al mismo tiempo, atacaron a su esposa, quien resultó gravemente herida y perdió un ojo como consecuencia de la agresión.
Días después del homicidio, se confirmó que Izzo fue asesinado con el arma hallada en la pizzería de “Lo de Cata”, perteneciente a Mac Dougall. Las fuentes explicaron a Infobae que el arma fue cotejada con los orificios que dejaron los proyectiles que le dispararon los asaltantes al empresario y las vainas encontradas en la escena del crimen. De esta manera, los investigadores pudieron aseverar que se trataba del arma utilizada en el crimen.
Mac Dougall le alquilaba el local en el que funcionaba la pizzería al “Uruguayo”. En ese sitio, los investigadores encontraron una mochila que llevaban los ladrones cuando escaparon de la casa de Izzo y Petinari. Dentro de la mochila, hallaron una serie de elementos que fueron utilizados en el golpe: precintos, pegamento y herramientas, entre otros.