Hoy por la mañana, el sacerdote Fernando Papa, a cargo de la Iglesia Nuestra Señora del Huerto de San Francisco Solano, fue allanado por detectives de elite de la División Homicidios de la PFA en una investigación a cargo del fiscal Daniel Ichazo. El delito: encubrimiento, callar lo que supuestamente sabe en el caso que investiga las muertes de Lucas Escalante y Lautaro Morello, asesinados hace un año en medio de una trama de vales de nafta truchos de la Policía Bonaerense.
A Papa -que todavía no fue detenido-, se le incautaron dos teléfonos. Ichazo sospecha un vínculo estrecho entre el sacerdote y el comisario Francisco Centurión, elevado a juicio la semana pasada, uno de los principales imputados en la causa. Se cree que Papa colaboró con Centurión prestándole su auto y su teléfono luego de que el comisario fuera allanado por la PFA en repetidas ocasiones antes de su detención.
El sacerdote se convirtió en una persona de interés para la fiscalía luego de varios testimonios que lo apuntaban. Al declarar en la causa como testigo la semana pasada, Papa, que conoció al comisario años atrás a través de su tarea pastoral en la Policía Bonaerense, dijo “no recordar con quiénes se comunicaba Centurión”. “Se embarró solo”, asegura una fuente clave del expediente a Infobae.
Ichazo, por otra parte, sospecha que el sacerdote borró todo el historial de mensajes y audios de WhatsApp enviados por Centurión en su teléfono.
La semana pasada, Ichazo elevó a juicio a Cristian Alejandro (26) y Maximiliano Tomas Centurión (26), hoy presos en penales bonaerenses. Pidió lo mismo para el padre del primero y el tío del segundo, el comisario mayor Centurión, que sufrió un disparo en una de sus piernas al huir de la Policía Federal cuando fue arrestado el 17 de julio pasado.
Los primos están imputados del delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada por ser cometida con violencia. El comisario, por su parte, está acusado de sustracción de caudales públicos en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada por haber durado más de un mes y por ser cometida con violencia.
La imputación no es en vano: se cree que ambos jóvenes fueron secuestrados y torturados antes de morir.
Lautaro y Lucas desaparecieron el 9 de diciembre de 2022. Ese día, salieron a festejar el triunfo de la Selección argentina ante Países Bajos por los cuartos de final del Mundial de Qatar. Fueron a dar una vuelta a bordo del BMW de Escalante, según le dijeron a sus familias. Jamás regresaron.
Seis días después, el cadáver de Morello fue hallado incinerado en el Camino del Buen Ayre. El vehículo en el que circulaban fue prendido fuego y abandonado en La Plata.
Lucas sigue desaparecido hasta hoy. El fiscal Ichazo lo da por muerto. Su cuerpo fue buscado en cementerios de la zona sur. Todavía no se sabe o no existe una hipótesis certera de cómo lo mataron y de qué hicieron con su cadáver