Una hora de furia en Rosario: un crimen y cuatro heridos en dos balaceras en el barrio Ludueña

La tarde de este miércoles fue de extrema violencia en el barrio Ludueña, en la zona Noroeste de Rosario: fueron 60 minutos de furia. En ese período de tiempo, un joven fue asesinado de al menos dos disparos en la cabeza sobre las vías del ferrocarril. Minutos antes, cuatro personas habían resultado heridas en un ataque a tiros perpetrado por dos sicarios que abrieron fuego contra un grupo de jóvenes que estaban en inmediaciones de un kiosco.

De la balacera, una de las víctimas es una mujer de 31 años que cursa un embarazo de siete meses. Fue internada en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria con una lesión superficial en el abdomen. Otro de los heridos tiene 28 años y se encuentra con pronóstico reservado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez como consecuencia de un impacto en el tórax.

Del homicidio hay escueta información porque tuvo lugar pasadas las 19 a la altura de García Manzo y Felipe Moré, donde están las vías. En un primer momento, la escena fue preservada por Prefectura hasta la llegada del gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones, encargada del levantamiento del material balístico, pericias de fotografía y relevamiento de cámaras en la zona.

La fiscal Marisol Fabbro de la Agencia de Criminalidad Organizada fue quien ordenó las primeras medidas a los oficiales para avanzar con el caso. Será clave la tarea de la División de Homicidios de la Policía de Investigaciones en la recolección de testimonios que puedan aportar datos con respecto a la mecánica y al posible móvil. De la víctima se estimaba que tenía alrededor de 25 años. Los agentes no le encontraron documentación y los vecinos consultados dijeron no conocerlo.

Antes del asesinato hubo una balacera en inmediaciones de Ghandi y Garzón, donde la mujer embarazada de 31 años sufrió una lesión en el abdomen y un roce de bala en la pierna izquierda. Junto a ella fue trasladado al hospital Eva Perón un adolescente de 15 años -con domicilio en la cuadra del ataque-: tenía un disparo en el glúteo.

Los otros dos heridos en la balacera fueron un chico de 17 años que fue derivado al hospital Carrasco con un impacto en un hombro y otro en una pierna, y el joven de 28 años que quedó internado con pronóstico reservado.

El Hospital de Emergencias Clemente Álvarez que recibió al herido grave es el lugar que fue objeto de un atentado en la madrugada de este miércoles, cuando dos sicarios en moto realizaron un disparo hacia el acceso que da a calle Vera Mujica y dejaron una nota con una amenaza al gobernador Maximiliano Pullaro.

Según dijo el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, los atentados ocurridos entre el martes y este miércoles contra una sucursal del banco Macro, contra el hospital y contra una escuela, son la “reacción” de presos de alto perfil ante el endurecimiento de las condiciones de detención en las unidades penitenciarias. Incluso, hay un alerta interna dentro de las fuerzas de seguridad por temor a nuevos hechos de violencia contra instituciones públicas.

Este martes por la mañana, algunos internos que estaban alojados en pabellones comunes fueron reubicados en el sector de alto perfil, donde son monitoreados las 24 horas, hablan con sus visitas a través de un blíndex, tienen suspendido el ingreso de mercadería por parte de sus familiares y están en un sector del complejo donde funcionan los inhibidores de señal.

En paralelo con esa medida, este miércoles por la mañana fueron sacados 86 presos que estaban alojados en cuatro comisarías, tres de Rosario y una de la vecina ciudad de Granadero Baigorria, para ser trasladados a complejos penitenciarios. La determinación tiene dos objetivos: evitar más fugas y motines en las seccionales, donde hay una alarmante sobrepoblación carcelaria, y reducir las funciones de los agentes dentro de las comisarías, entre ellas, la de custodia.

La pretensión de disminuir la actividad de la Policía en seccionales también está acompañada por resoluciones ministeriales que cesan por 90 días las tareas administrativas en las comisarías al personal policial, al tiempo que les suspenden las vacaciones por el mismo período de tiempo. “Vamos a sacar a la Policía a la calle”, anunció el gobernador Pullaro para dar cuenta que se busca volcar a los uniformados a tareas de prevención.

En consonancia con la idea de que haya más policía en tareas de patrullaje, el Gobierno desde el lunes pasado releva con técnicos mecánicos los distintos talleres donde están los móviles fuera de servicio, ya que busca evaluar cuáles están en condiciones de ser reparados e incorporados en el corto plazo para circular en las calles. Asimismo, se resolvió levantar 30 custodias fijas que habían sido dispuestas por la gestión anterior para poner esos recursos en el combate al delito.