Dos hermanos que fueron acusados de matar a Pablo Altamirano (36) en una estación de servicio de Córdoba fueron condenados a 15 años y 7 meses en la cárcel luego de haber confesado el crimen. “Ninguna pena alcanza para reparar el dolor, pero la Justicia se ha pronunciado y es una etapa cumplida”, señaló el abogado querellante al final de la audiencia.
Los acusados, identificados como Eric y Alan Sabir, reconocieron la culpabilidad de la imputación que recibieron por el delito de homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego ante la Cámara Novena del Crimen y el jurado popular que participó del proceso penal. Como consecuencia de la confesión, el abogado defensor, Pablo Morelli, y la fiscal de la Cámara, María Mercedes Balestrini, acordaron la sentencia.
El crimen ocurrió el 13 de abril de 2022, cuando la víctima cumplía sus funciones como playero en una estación de servicio ubicada en la calle Rancagua al 3300, del barrio Villa Corina, en la zona noreste de Córdoba capital. Altamirano se encontraba solo en el momento que los hermanos aparecieron a bordo de una motocicleta con la intención de cometer un robo.
Como resultado de la emboscada, los ladrones se apropiaron de la billetera que cargaba el hombre, la cual solamente tenía $950. No conformes con esto, le dieron un disparo que terminó con su vida luego de haber sido ingresado al Hospital de Urgencias de la zona. Sumado al homicidio, también fueron incriminados por un robo calificado que habían cometido en una distribuidora ubicada en el barrio San Nicolás.
Los criminales se encontraban detenidos desde el 20 de abril del año pasado, luego de que la investigación llevada a cabo por el fiscal Raúl Garzón diera con el paradero de los -hasta ese entonces- prófugos. Después de que se conociera la condena, el abogado defensor aseguró estar conforme en un diálogo con El Doce TV, pese a que ambos recibieron una sentencia elevada.
Por otra parte, la familia de Altamirano aseguró que la condena es “un antes y un después” en el proceso de duelo, tras remarcar su objetivo: “Buscamos justicia y no venganza”. Asimismo, el abogado querellante, Carlos Nayi, manifestó que los familiares “van a comenzar a vivir el duelo por la muerte del ser querido en paz”.
En este sentido, Nayi señaló que “ninguna pena alcanza para reparar el dolor, pero la Justicia se ha pronunciado y es una etapa cumplida”. Sin embargo, la causa quedó inconclusa, debido a que aún falta que Cristián Maximiliano Lescano y su pareja, Verónica Natalí Lescano, sean juzgados por encubrimiento agravado.
De acuerdo a la investigación, uno de los hermanos Sabir se encargó de entregarle a Cristian el arma que utilizaron al momento de asesinar al playero, con la finalidad de que éste se encargara de hacerla desaparecer. Una vez que cumplió la tarea, el acusado le habría contado lo ocurrido a su novia.
La pareja se encuentra en libertad a la espera de ser sometidos al proceso penal, a pesar de que habían solicitado la suspensión del juicio a prueba. Por el momento, no obtuvieron una respuesta de la Justicia pero anticiparon que podrían continuar libres si cumplen una serie de condiciones que fijaría el tribunal.
Luego de que ocurriera el crimen del playero y sus familiares se quejaran por la falta de seguridad que sufría al tener que cumplir el horario nocturno sin compañeros que trabajaran en el mismo turno y custodia policial, meses más tarde el hijastro de la víctima denunció que “los primeros días había oficiales”, pero que con el paso del tiempo fueron retirados de la zona.