A horas de la amenazas contra el gobernador Maximiliano Pullaro, la Policía de Santa Fe allanó el pabellón 9 de la cárcel de Piñero, a 250 kilómetros de Rosario, de donde se habría ordenado los atentados. El último fue cometido por la mañana en el Hospital Clemente Álvarez de Rosario, que atiende a gran cantidad de heridos de bala de la industria local del sicariato.
“Pullaro hacé caso. El misterio (sic) no va a proteger a tu familia. La vamos a encontrar. Atte: la banda del 9, Pinolandia, ATR”, decía el trozo de cartón secuestrado en la puerta del hospital en la que impactaron las balas. La nota de este miércoles es similar a la que se halló en la puerta de la sucursal del banco Macro de Saavedra y Ovidio Lagos ayer martes, que señalaba: “Pullaro, no te metas con el pabellón 9. Así como matamos a un policía, vamos a matar a tu familia”.
El apodo de “Pino” se vincula a un preso que fue condenado por atentados contra domicilios de jueces, policías y edificios judiciales. Hoy, “Pino” está acusado de ser el jefe de una célula de Los Monos que opera en la zona noroeste de Rosario.
En las imágenes, se ve cómo las tropas de asalto ingresan al lugar, para llevar a los detenidos contra la pared.
Las amenazas son vinculadas por las autoridades al traslado de narcos y sicarios a pabellones de alto perfil, tras el anuncio del gobernador y exministro de Seguridad de Santa Fe, una de las medidas dirigidas a las cárceles, que impactan en el corazón de las estructuras narcocriminales que operan en Rosario. “Los jefes narcos y sicarios vuelven al pabellón de alto perfil”, publicó el mandatario provincial en la red social X.
Ayer martes, Pullaro determinó que los detenidos en Piñero mantengan comunicación con sus visitas -familiares y abogados- a través de un vidrio blindado en la Unidad Penitenciaria. Además, se restituyeron los pabellones para presos de alto perfil y suspendieron el ingreso de alimentos a las cárceles de toda la provincia.
Además, hoy se avanzó con el plan de traslado de las comisarías en Rosario, procediéndose al traslado de detenidos a alcaldías, en medio de fugas recientes en la provincia. La primera fue la Comisaría 15, y luego siguió con la Comisaría 12.
“Tenemos un programa de trabajo, y de ninguna manera, vamos a permitir que unos criminales nos muevan ni un milímetro de nuestras acciones y objetivos”, afirmó Pullaro tras los atentados.
El ministro de Seguridad y Justicia Pablo Cococcioni aseveró: “De ninguna manera vamos permitir que unos criminales nos muevan ni un milímetro de las acciones estratégicas. Estas amenazas son claramente respuestas que estaban dentro de lo previsto porque el régimen penitenciario en estos 4 años fue debilitando los controles internos, se disolvieron los grupos de requisas. Claramente, cuando uno ajusta dos o tres parámetros básicos, la reacción se produce; pero vamos a responder con medidas más enérgicas todavía
Por otro lado, a los detenidos de alto perfil también se les hará un monitoreo durante las 24 horas y estarán en sectores del edificio donde funcionan los inhibidores de señal. Pullaro también suspendió el ingreso de alimentos para esos internos, algo que años atrás ya motivó presentaciones judiciales. Varios detenidos afirman que no comen la comida de la cárcel por temor a ser envenenados.
Las investigaciones por los dos atentados están a cargo de Franco Carbone, jefe de la unidad fiscal de Balaceras del Ministerio Público de la Acusación. No hubo heridos en ambos hechos.
La cárcel de Piñero tiene una historia reciente al menos intensa. En junio de 2021, un grupo armado cortó el alambrado del penal ubicado a 250 kilómetros de Rosario e invadieron el lugar con ametralladoras. Escaparon al menos ocho detenidos, en una de las fugas penitenciarias más osadas de la historia reciente. Los propios presos filmaron la fuga desde sus celdas.