Dos hermanos fueron condenados este miércoles a prisión perpetua como coautores del doble crimen de mago Leonardo “Alex” Fernández (53) y su novia Jésica Alberti Cigola (24), asesinados a fierrazos y puñaladas en 2019 en un departamento de San Fernando.
La pena máxima del Código Penal recayó sobre el confeso Rubén Andrés Grasso (40) y su medio hermano Roberto Juan Alegre (45), mientras que el tercer imputado del caso, el remisero Alexis Miguel Bonnet (32), fue absuelto por el doble crimen, pero sentenciado a 10 años y medio de cárcel por “encubrimiento agravado” y por el posterior “robo simple” en la casa del ilusionista.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, integrado por los jueces Esteban Andrejin, Osvaldo Rossi y Federico Ecke. Los magistrados dieron a conocer su decisión a través de una notificación electrónica a las partes y a cada uno de los condenados en sus lugares de detención, informaron fuentes judiciales.
Los jueces consideraron a los hermanos autores de “doble homicidio, calificado por ser cometido ‘criminis causae’ (para ocultar otro delito y lograr la impunidad), en concurso real con robo simple”.
En caso de que quede firme, con esta pena, Grasso y Alegre no tendrán la posibilidad de pedir la libertad condicional por haber sido condenados por un homicidio agravado y la prisión perpetua equivale a pasar medio siglo en la cárcel, es decir, que recién podrían llegar a recuperar la libertad en 2069, indicó la agencia de noticias Télam.
Grasso fue notificado de su condena en la Unidad 35 de Magdalena, Alegre en la Unidad 9 de La Plata y Bonnet en el Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza.
La decisión de los jueces se corresponde con lo pedido por el fiscal Alejandro Musso en su alegato. Se trata del mismo representante del Ministerio Público Fiscal que instruyó el expediente cuando era titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de San Fernando.
Los representantes legales de la familia de las víctimas habían solicitado también perpetua para Bonnet, mientras que el abogado del remisero había pedido 3 años de condena solo por el robo, al afirmar que no hubo encubrimiento porque su cliente desconocía los homicidios. Por su parte, la defensora oficial de Grasso y Alegre pretendían que los castiguen por “homicidio simple”.
“Era él o yo”
Las evidencias clave del caso fueron videos de las cámaras de seguridad que registraron a las víctimas llegar a la casa de uno de los imputados, la línea de tiempo trazada por el fiscal Musso y los mensajes incriminatorios hallados en sus celulares. Por último, la confesión que Grasso hizo en el juicio.
En la anteúltima jornada del debate, el ahora condenado declaró por primera vez y contó su versión de cómo ocurrió el crimen del mago, con quien tenía distintos negocios ilícitos, al tiempo que admitió que la novia de “Alex”, Jésica, fue una víctima circunstancial, por haber estado en el lugar equivocado.
“Era él o yo. Yo soy consciente de eso. El detonante de lo que pasó fue que ‘El Mago’ Alex amenazó de muerte a mi familia. Le dije que eso no se lo iba a permitir y ahí lo empecé a agredir. La chica no tenía que estar ahí, fue una desgracia”, dijo Grasso, a quien apodan “Cashy”.
En ese marco, recordó que la noche del 23 de octubre del 2019 Alex se presentó en su departamento de San Fernando con su novia Jésica, donde discutieron a causa del trabajo que el acusado no había realizado y admitió que junto a su hermano estaban “muy drogados” y llevaban varios días sin dormir.
El acusado detalló que la conversación con Fernández “subió el tono” y comenzaron a tener una pelea de golpes de puño. “Hubo una lucha que duró un instante, como un minuto. Todo se fue de las manos. Mi hermano me lo sacó de encima y le pegó con un cortafierros que tenía arriba de mi mesa que lo usaba para sacar la batería de mi moto”, aseguró.
Toda esa secuencia era observada por la novia de la víctima. Grasso contó que la joven comenzó a gritar desesperadamente. Admitió haberla golpeado y haberla apuñalado con un cuchillo que halló sobre la cama.
Luego del doble crimen, el hombre señaló que, al igual que su hermano, quedaron “shockeados” y se retiraron del departamento, para volver a la noche siguiente con el remisero Bonnet en el auto de Fernández y dirigirse a la casa del mago en el barrio porteño de Parque Patricios, donde fueron a robar cocaína.
En el fallo -al que accedió Télam- el juez Rossi desacreditó esta versión y concluyó: “Aquí no nos hallamos frente a una persona que se defiende de un ataque fortuito producto de una discusión, sino de un plan previamente ideado por dos personas para convocar y dar muerte, al menos, a Fernández, ya que el destino de Alberti Cigola hubiera sido otro si no hubiera acompañado a Fernández”.
El caso
El crimen ocurrió el 24 de octubre de 2019 cuando a la 1.02 los hermanastros imputados llegaron en moto al edificio de la calle 25 de Mayo, en San Fernando, donde Grasso alquilaba el departamento 2do. “A”. Tres minutos más tarde, el mago y su novia arribaron en una camioneta Ford EcoSport que el hombre primero estacionó en la vereda de enfrente, pero luego, metió en el garaje del edificio.
Fernández y Alberti Cigola fueron atacados a los pocos minutos de haber subido al departamento, ya que a la 1.37 se recibió al 911 un llamado de un vecino que escuchó gritos y peleas, lo que motivó una fallida intervención de la policía que arribó a la 1.44, se entrevistó con vecinos de la cuadra, pero al no encontrar al denunciante ni detectar ningún altercado, se retiró del lugar.
La autopsia determinó que Fernández fue asesinado de 22 golpes en la cabeza, con un fierro industrial con un bulón en la punta. En tanto que los investigadores determinaron que el ataque fue en el living y que luego el cuerpo fue arrastrado hasta un baño; y que a Alberti Cigola la mataron en un dormitorio de tres puñaladas en el cuello con un cuchillo.
Luego de pasar casi todo ese jueves 24 en la casa de Los Polvorines de Alegre, los dos hermanastros convocaron al remisero Bonnet, fueron a buscar por el edificio de San Fernando la camioneta EcoSport del mago y en la madrugada del 25, los tres se dirigieron a Capital Federal, a la casa de Fernández, en la calle La Rioja de Parque Patricios.
Ese fue el punto de partida del caso, ya que a las 2.45 de la madrugada un móvil de la Policía de la Ciudad vio el portón del garaje abierto y detuvo allí al remisero Bonnet, que implicó a los hermanastros.
El fiscal Musso sostuvo que este fue un crimen cuya motivación fue el “dinero fácil” producto de las actividades ilícitas que Fernández y los dos hermanos compartían en relación a la venta de drogas, la impresión de dólares falsos y estafas telefónicas y al seguro”.