Un violento drama familiar se desató en una casa de Bernal Oeste, en Quilmes. Carlos Rubén Montaña, un jubilado de 70 años, fue asesinado a golpes y por el crimen detuvieron a su hija de 30 años, informaron fuentes del caso a Infobae.
Aunque el hecho trascendió en las últimas horas, el violento episodio ocurrió el sábado pasado en una casa ubicada en la intersección de la calle Neuquén y el Acceso Sudeste, en el sur del conurbano bonaerense. Hasta ese lugar, llegaron efectivos de la comisaría 10° de Quilmes, quienes encontraron muerto a Montaña. A simple vista, pudieron observar que había atacado a golpes en la cabeza, posiblemente con un elemento contundente.
Los investigadores, en un expediente a cargo de la fiscal Karina Gallo, establecieron como principal sospechosa del crimen a la hija de la víctima, identificada como María del Carmen Montaña. La mujer fue esposada y trasladada a una dependencia policial de la zona.
El dato clave para la detención fue aportado por los vecinos del hombre asesinado, quienes dijeron a la policía que, horas antes del hallazgo, escucharon una “fuerte discusión familiar” dentro de la casa. Por otro lado, fuentes indicaron que testigos del caso señalaron que la hija de la víctima es “adicta al paco”y que “iba todos los días a pedirle dinero a su padre y que, en algunas ocasiones, le robaba objetos de valor”.
De acuerdo a las fuentes, un vecino la fue a buscar para avisarle que su padre estaba muerto y regresó al lugar. En ese momento, fue detenida.
La autopsia confirmó las sospechas de los uniformados: los forenses concluyeron que Montaña falleció por los golpes recibidos y no como consecuencia de una caída posterior. En tanto, los detectives que participan en la investigación señalaron que todavía no está establecido el objeto con el cual fue agredido el jubilado.
Así, Gallo imputó a la acusada por el delito de homicidio agravado por el vínculo luego de que se negó a declarar durante la indagatoria.
Un crimen similar ocurrió en agosto en Pilar. Máximo Agustín Real, de 18 años, fue detenido por el crimen del piletero Marcelo Fabián Real, su papá. La primera evidencia contra el adolescente fueron las cámaras de seguridad. Otra prueba clave fueron las luces forenses que reaccionaron e iluminaron como un árbol de Navidad las zonas en donde se había lavado la sangre en la camioneta y la casa de la localidad de Del Viso que ambos compartían. Pero, quizás, el elemento más contundente en la imputación por el crimen de su padre fue un trozo de navaja grabada que los forenses hallaron incrustado en el cráneo del piletero Marcelo Fabián Real (46).
Fue tal la violencia de la puñalada en la cabeza que se partió la hoja de la navaja que usó el asesino del piletero de Pilar antes de descartar su cuerpo en un zanjón del barrio El Faro, a tan solo seis kilómetros de la escena del crimen. Antes le aplicó un tajo en el cuello que le provocó un shock hipovolémico.
Según pudo saber Infobae, una foto del acusado con esa arma blanca aportada por un testigo y un grabado especial sobre la hoja fue lo que terminó de sellar la suerte del hijo de la víctima: el fiscal del caso, Raúl Casal, de la UFI N°1 descentralizada de Pilar, pidió formalmente que quede detenido, acusado de homicidio agravado por el vínculo. La pena en expectativa es la de prisión perpetua.
Lo que no pudieron determinar los investigadores por ahora es el móvil del crimen. “Todos cuentan que la víctima era muy cordial en su trato, en cambio, al chico desde el arresto se lo notó inmutable”, destacaron las fuentes.
*con información de Télam