Asesinato del colectivero en Rosario: la sospecha de una guerra entre presos narco y quién es el misterioso “Valen”

Dos detenidos vinculados a las mayores organizaciones narco de la zona fueron allanados en el penal de Piñero por orden del fiscal del caso. La identidad del hombre mencionado en la nota encontrada en la escena del crimen

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César Luis Roldán, la víctima
César Luis Roldán, la víctima

La investigación por el crimen del colectivero César Luis Roldán, ocurrido el sábado pasado en Rosario mientras la víctima manejaba el interno 1.219 de la línea 116, a cargo del fiscal Alejandro Bianchini, tiene entre sus hipótesis una disputa entre dos presos alojados en la cárcel de Piñero vinculados a los mayores jugadores del negocio de la droga en la zona.

Uno está allí luego de haber sido imputado en marzo del año pasado como integrante de la banda liderada por el condenado narcotraficante Alan Funes. El otro está tras las rejas por estar acusado de ser uno de los mandos medios de la célula de Los Monos que opera de manera violenta en los barrios Industrial, Ludueña y Empalme Graneros, en la zona noroeste de la ciudad, territorios que son el principal foco de los asesinatos sicarios en la zona.

La línea investigativa de una disputa entre los dos internos se desprende del cartel arrojado por el sicario en la escena del homicidio del colectivero, que decía “Valen, dejá de hacerte cuidar por la policía”. El apodo, según pudieron establecer en los primeros pasos de la causa, sería alusivo a Valentino B., quien cayó en allanamientos hechos el 23 de marzo de 2022 por parte de la Agencia de Investigación Criminal.

Valentino B., de acuerdo a la imputación que le realizó la fiscal Valeria Haurigot, era uno de los gatilleros de la organización de Alan Funes, quien está preso en el penal federal de Ezeiza. El pistolero, de 30 años, fue arrestado en un departamento de Dorrego al 1100, en el centro de Rosario, con 400 dólares, 315.700 pesos, ocho celulares y una notebook.

2018: Alan Funes en un traslado tras ser detenido (Télam)
2018: Alan Funes en un traslado tras ser detenido (Télam)

Lo que se intenta establecer es por qué desde Piñero se enfrentó con Julián A., uno de los presuntos cabecillas de la célula de Los Monos que disputa territorio en la zona noroeste de Rosario. Los dos detenidos fueron requisados el sábado pasado en sus celdas, donde se incautó un chip de celular que será peritado por orden del fiscal Bianchini.

Julián A. tiene 24 años y es conocido por el fiscal Bianchini, ya que lo acusó en septiembre del año pasado por haber ejecutado de tres disparos en la cara a un joven en inmediaciones de Uriburu y Las Palmeras el 5 de abril de 2021. Ese crimen, según la exposición de la imputación, fue transmitido por videollamada por parte de Julián A. a quien le había hecho el encargo del homicidio, que estaba preso.

El fiscal a cargo de esclarecer el crimen de Roldán también intenta saber si el homicidio tiene conexión con otro asesinato ocurrido el sábado, horas después del ataque al colectivero, en Garibaldi al 200, en barrio Tablada, a metros de un búnker de la banda de Los Funes, que fue allanado en muchas oportunidades. En ese hecho, Elías Gabriel Merlo, de 31 años, fue baleado en el tórax y en el cráneo. La Policía de Santa Fe incautó once vainas servidas calibre 9 milímetros en la escena.

El parabrisas del colectivo que conducía Roldán
El parabrisas del colectivo que conducía Roldán

Este lunes se realizará el velatorio del colectivero mientras en la ciudad rige una medida de fuerza por parte de la UTA Rosario como protesta tras el ataque. “César no trabajaba los sábados. Había cambiado el turno porque tenía que llevar al otro día a su hijo a jugar un partido de fútbol. Tuvo esa mala suerte. Los sábados tenía franco. Lo cambió para estar con el hijo porque era muy familiero”, dijo a Radio 2 David Moreira, tío de Roldán.

Una mecánica similar a la del crimen del chofer de la línea 116 se vio en Rosario el pasado 1° de febrero en el ataque a Lorenzo “Jimi” Altamirano, un malabarista de 28 años que fue secuestrado al azar –de acuerdo a la causa que impulsan los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery– en la zona de 27 de Febrero e Iriondo y posteriormente fue ejecutado de tres disparos frente al Coloso Marcelo Bielsa. Sobre el cuerpo de “Jimi”, los sicarios dejaron una nota dirigida a integrantes de Los Monos que regentean la barra brava de Newell’s, con quien Altamirano no tenía ningún tipo de relación.

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