La investigación por el asesinato del subinspector Leoncio Bermúdez -ocurrido el 14 de noviembre pasado en la puerta del hospital Provincial de Rosario por sicarios que intentaron rescatar a un preso un preso internado- tuvo un fuerte avance en la última semana. Dos adolescentes de 14 y 15 años, acusados de actuar como campanas en el ataque,
Luego de haber sido hallados en filmaciones de cámaras de seguridad e identificados, sus domicilios fueron allanados por la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal, los dos adolescentes se presentaron ante la Justicia de menores rosarina.
Los adolescentes prestaron declaración informativa ante el Juzgado de Menores Nº 2 de Estanislao Surraco, quien, apoyado en la legislación vigente, no pudo resolver sus detenciones debido a que por sus edades. no son punibles y por ese motivo se dispuso que queden a disposición de la Secretaría de Niñez de la provincia.
Por la evidencia recolectada por Gisela Paolicelli, la fiscal a cargo de la causa del homicidio de Bermúdez, no hay dudas de que los dos adolescentes participaron como escoltas de quienes entraron a la guardia del Provincial para intentar rescatar a Gabriel Guillermo Lencina, quien está relacionado con el clan Romero que opera en la zona norte de Rosario y está condenado por homicidio.
En función de los indicios obtenidos, para Paolicelli los dos sospechosos fueron coautores funcionales del plan criminal. Sin embargo, dadas sus edades, no serán castigados por la Justicia, en un hecho que, junto con el crimen del colectivero cometido este sábado, representa un pico de salvajismo en la industria rosarina del sicariato.
“Al dolor se me sumó la bronca y la impotencia. No cambia nada. No se puede hacer nada con ellos porque tienen 14 y 15 años. Son dos criaturas que participaron en un hecho aberrante y dejaron a mis hijas sin su padre. Tengo una impotencia muy grande”, dijo Romina, la viuda del subinspector Bermúdez, en diálogo con el programa De boca en boca por Radio 2.
Al momento del asesinato, el policía estaba en el destacamento del hospital acompañado por su hija de 12 años.
Gabriel Guillermo Lencina, rosarino, de 29 años, es un delincuente de larga carrera. Fue condenado a 22 años de prisión por una serie de violentos crímenes, entre ellos un homicidio y una tentativa de homicidio, así como instigar a otra muerte. Preso desde 2013, Lencina pasó por varias unidades de acuerdo a su legajo. Su último destino fue el penal de Piñero, una de las cárceles emblema de la problemática en la provincia.
Su ficha penitenciaria, a la que accedió Infobae, detalla tareas de limpieza y mantenimiento, con una conducta “ejemplar” y un concepto “muy bueno”, a pesar de haber recibido una sanción.
Lencina no parece vinculado a las grandes estructuras narcos de la ciudad, con bandas como Los Monos. Se lo vincula a una serie de pesados de la zona norte como Hernán “Lichi” Romero, supuesto traficante. Su condena es una unificación de dos penas. En 2020, recibió 11 años por instigar la muerte de Jorge Nicolás José, según el sitio El Ciudadano. La banda criminal le cobró una deuda a José, para luego matarlo a tiros en febrero de ese año.