El martes 21 de este mes, César Nicolás Palacios, oriundo de Merlo, terminó detenido por intentar uno de los trucos más viles de su carrera criminal. Supuestamente, cometió un robo en la esquina de Cristiania y Las Orquídeas, entre los pasillos de Ciudad Evita. Allí, una mujer lo delató. “Hagan algo, que están afanando”, le reclamó a varios uniformados que se cruzó.
Entonces, Palacios, de 36 años, que había trabajado años atrás en una constructora, fue perseguido por uno de los gendarmes que patrullaba la zona. Palacios fue finalmente alcanzado por el gendarme. Se rindió y se puso de rodillas. “Perdí, perdí”, dijo.
Por lo visto, el delincuente no era un buen perdedor: de inmediato, tomó una pistola Bersa Thunder calibre .380 y le disparó al efectivo, que terminó internado en el hospital Balestrini con una bala en la pierna izquierda, justo debajo de la rodilla. Palacios no pudo escapar, a pesar de su intento. Los otros gendarmes que acompañaban al efectivo lo aprehendieron. Antes, según fuentes del caso, le dieron una golpiza.
Hoy, el delincuente traidor continúa detenido en una celda de la Policía Bonaerense en Ciudad Evita, con una causa a cargo de la UFI N°3 descentralizada de Laferrere, a cargo del eximio fiscal Federico Medone. El fiscal ordenó que se realicé el dermotest de rigor al acusado para determinar que realizó el disparo de forma fehaciente. Luego, trabajó sobre el arma misma, que resultó tener un número de serie: tenía un pedido de secuestro por robo emitido por la Comisaría 6° de Morón en El Palomar el 20 de enero de este año.
Luego, certificó los antecedentes de Palacios, que son muchos.
Su primer hecho en el registro data de 2008 en Mercedes, cometido en octubre de ese año, un robo, por el cual recibió una pena condicional de tres años de prisión. Cuatro años después, reapareció en Morón, con otro robo a mano armada cometido en octubre de 2012, por el cual fue finalmente condenado a dos años y ocho meses de cárcel.
La lista sigue: luego de salir, lo detuvieron en 2014 por el delito de portación ilegal de arma de guerra. En abril de ese año, se le sumó una nueva condena mucho más dura. El Tribunal N°1 de Morón le dio seis años y ocho meses de jaula y lo declaró reincidente por otro robo cometido en Merlo. La nueva pena se sumó a su condena anterior. Su reincidencia hizo el resto para agravar el monto.
En 2022, tras varios años fuera de acción, Palacios fue arrestado nuevamente en Morón por el delito de daño agravado. Así, llegó su tercera condena: un año más de reja.
La imputación por tentativa de homicidio, entonces, se vuelve la más grave de su historia.