La semana pasada, Natalia M., de 27 años, nacida en Paraguay, fue detenida por la Policía de la Ciudad en su casa de la Villa Zavaleta. La buscaban por el delito de robo, con una causa en su contra a cargo del Juzgado N°4 de Martín Yadarola, una típica historia de viuda negra en la que habría drogado con clonazepam a una serie de víctimas para luego desvalijarlas, luego de atraparlas en apps de citas. Otras tres cómplices cayeron junto a ella, entre ellos un hombre de 47 años, al que encontraron en la Villa 31.
Hoy, Yadarola trabaja para resolver las situaciones judiciales de la banda. Su procesamiento se avecina. El juez decidió mantener presos a los tres últimos detenidos. Natalia M. permanece bajo arresto en su casa, una detención domiciliaria.
Hay un motivo simple para este beneficio. Cuando fue allanada, la Policía de la Ciudad la encontró junto a su hija bebé: había sido madre hace 15 días. Las heridas del parto seguían frescas, según pudo constatar una médica policial. El botiquín principal de la banda fue encontrado en el domicilio de otra mujer de la Villa Zavaleta, de 29 años, con varios blisters de clonazepam y siete recetas para adquirir psicofármacos.
Para la Policía de la Ciudad, Natalia sería la líder del grupo, confirmaron fuentes del caso a Infobae. Hay otra mujer prófuga en el caso, con un pedido de captura en su contra.
La banda era particularmente ambiciosa. No solo desvalijaba a sus víctimas, también les robaban los autos, como un Citröen C4 que fue encontrado en manos de otro hombre detenido en el expediente en la zona de Quilmes. La investigación en su contra comenzó en abril, aunque el primer ataque data de febrero último.
Allí, un hombre contactó a una mujer de la organización por una aplicación de citas. Así, la llevó hasta la casa de su hijo en Barracas. Tras drogarlo, la viuda negra robó a su víctima y desvalijó al hijo también. Se registraron otros ataques en zonas como Claypole. La banda, por lo visto, no escatimaba en movilidad.
Natalia M. solo se encuentra ubicada por la Justicia en un hecho que data de comienzos de año. Su cómplice en ese ataque parece ser la más activa al momento de robar y drogar. Sin embargo, su rol parece preponderante.
Un desliz permitió a la Justicia comenzar una serie de intervenciones telefónicas. Así, se registraron 112 horas de conversaciones particularmente cándidas, donde la banda hablaba, literalmente, de todo. No solo develaban su forma de atacar. Los diálogos interceptados dan cuenta de la preparación del golpe: “Lo engatusa, lo gotea, lo duerme”, aseguran en una grabación.
Luego, en otro de los audios, uno de los hombres le recomienda a una de las mujeres atar a su víctima con precinto tras drogarlos.
Los equipos mixtos de hombres y mujeres son un básico en el negocio de las viudas negras. La causa también revela una coincidencia: las zonas de Barracas y la Villa Zavaleta se convirtieron en los últimos dos años en una constante en los allanamientos por delitos de este tipo.
En mayo de este año, Clarisa C., de 24 años, fue capturada en el asentamiento por el Departamento Investigaciones Especiales de la PFA, que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales. Estaba acusada de lo mismo: drogar y desvalijar a hombres que seducía por redes sociales de citas, como Badoo o Tinder. En el allanamiento en donde fue capturada le encontraron las tarjetas de crédito y un reloj de una de sus víctimas, comprimidos de alprazolam y ampollas de fenol, una droga inyectable comúnmente empleada como antiséptico que puede producir temblores musculares.
En octubre, otra joven de 19 años fue detenida por la División Antifraude de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, también en la Villa Zavaleta. Junto a ella, los agentes atraparon a un cómplice y secuestraron el vehículo en el que se movilizaban. En diciembre del año pasado, la Policía de la Ciudad capturó allí a otra viuda negra de 18 años que drogó y le robó una billetera de criptomonedas a un turista estadounidense en Puerto Madero.
Este año, la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (UFECRI), a cargo del fiscal José María Campagnoli, identificó a más de 60 posibles viudas negras, aseguraron fuentes judiciales a Infobae. Sus víctimas suelen ser hombres mayores de 40 años y turistas extranjeros. Los detectives notaron que, cada vez más, estudian a los hombres que harán caer en la trampa. “Hacen inteligencia antes de seducirlos, porque buscan botines en dólares”, detallaron investigadores del caso.
Descubrieron otra coincidencia que abona la teoría: la gran mayoría de ellas tienen domicilio en Barracas, la zona de la Villa Zavaleta. Varias fueron vistas en redes sociales posando juntas, viuda con viuda en Facebook.
El juez Yadarola opina lo mismo que otros jugadores en el tablero de la Justicia penal porteña. “Hay un montón de viudas negras en Villa Zavaleta y Barracas. No pueden no conocerse”, razona una fuente clave en el expediente.
Precisamente, Yadarola expresó ese pensamiento a la Policía de la Ciudad, a la que le comisionó la investigación ya que tenía otras causas en curso sobre varias viudas de la zona.
Sin embargo, todavía no se hallaron lazos entre la banda de Natalia M. y otros casos.