La hija de 11 años del agente Leoncio Bermúdez, asesinado ayer martes por la noche en el Hospital Provincial de Rosario por un comando de sicarios, estaba a metros de su padre cuando recibió el disparo en el cráneo que le quitó la vida. Así lo confirmaron fuentes del caso a Infobae y lo ratificó Teresita Ghio, directora del hospital provincial.
La niña, precisamente, acompañaba a su padre en el destacamento del centro de salud ubicado en la avenida Alem. Una recorrida realizada en el lugar reveló al menos cuatro impactos de bala en el destacamento, donde estaba la menor. Peritos de la Agencia de Inteligencia Criminal encontraron seis vainas servidas en el lugar. Dos de las balas impactaron en el cuerpo de Bermúdez. Las otras, en el destacamento donde se encontraba la niña, que resultó ilesa y fue puesta a resguardo.
En las últimas horas, se conocieron las imágenes de cámaras de seguridad del hecho, en donde se ve cómo Bermúdez deja el destacamento para enfrentar al comando de delincuentes que había llegado en un Fiat Uno blanco, en medio del traslado de Gabriel Lencina, un peligroso preso actualmente detenido en el penal de Piñero, que llegaba al hospital para ser tratado por un cuadro de tuberculosis.
La fiscal Gisela Paolicelli investiga el caso, con las primeras tareas ordenadas a la División Homicidios de la AIC de la Policía santafesina. Bermúdez tenía 42 años.
Gabriel Guillermo Lencina, rosarino, de 29 años, fue condenado a 22 años de prisión por una serie de violentos crímenes, entre ellos un homicidio y una tentativa de homicidio, así como también instigar a otra muerte. Preso desde 2013, Lencina pasó por varias unidades de acuerdo a su legajo. Su último destino fue el penal de Piñero, una de las cárceles emblema de la problemática en la provincia.
Claudio Brilloni, ministro de Seguridad de la provincia, dijo que los delincuentes habrían entrado por la guardia para cumplir su objetivo y luego se escaparon por el mismo sector. “Los agentes penitenciarios se trenzan en una lucha. Uno de ellos recibe un golpe en la cara. Cuando salen, el personal policial que está de custodia, que cumple servicios adicionales en el hospital, es sorprendido directamente con dos disparos, uno en la cabeza y otro a la altura también del pómulo que fue lo que causó la muerte”, siguió.
Tras el ataque, el policía fue trasladado de inmediato al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, en donde ingresó con un paro cardíaco, por lo que los médicos de guardia iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Sin embargo, los intentos fueron en vano, ya que su cuadro era muy delicado. Bermúdez murió cerca de las 23 horas.
Por lo pronto, se desconoce si los hampones llegaron al Hospital Provincial para liberar a Lencina o para matarlo.
Habló la fiscal del caso y allanaron el pabellón de Lencina
La fiscal Paolicelli habló hoy por la mañana luego de varios avances en la causa. La AIC allanó el pabellón 9 de la cárcel de Piñero, que Lencina ocupaba. Allí, se secuestraron teléfonos y anotaciones que podrían ser de interés para la causa.
“Las dos personas se dieron a la fuga en un vehículo estacionado. Se está haciendo el relevamiento de cámaras. Se hizo un allanamiento en el pabellón 9 de Piñero donde está alojado (Lencina) y el resultado dio positivo con teléfonos celulares y secuestro de bochas de marihuana”, comenzó Paolicelli.
“Hay dos hipótesis. O lo iban a rescatar o a hacerle daño. Yo particularmente me inclinaría más por la hipótesis de que lo quisieron rescatar porque tuvieron oportunidad de dispararle al detenido. Lo tuvieron de frente”, siguió.
Está, también, la pista de un auto: “Hoy tenemos una denuncia del hallazgo de un vehículo sustraído de similares características al usado en el crimen. Se envió al Gabinete Criminalístico”. para ver si se trata del mismo”
También, está la pista de Lencina mismo: “Se busca establecer cómo se filtró la información de que estaba ahí el preso. Se investiga, naturalmente, al Servicio Penitenciario porque estaban a cargo de la custodia del detenido. Se secuestraron teléfonos. Había dos a cargo de la custodia más tres en el vehículo de traslado. A uno solo le sacaron el arma. Los delincuentes ingresaron armados. Hay que ver si usaron (para el crimen) las armas que portaban o la robada al personal penitenciario. En el lugar había vainas servidas calibre 9 milímetros”, culminó.