La data de muerte es, en algunos casos, tan importante para resolver un crimen como una huella dactilar en el arma homicida. Se trata de una evidencia que ubica temporalmente al presunto homicida en el rango horario en el que ocurrió el asesinato o, por el contrario, lo desliga. Por eso, los peritos deben ser rigurosos desde el primer contacto con el cuerpo hasta la mesa de autopsias.
Este tipo de definición -que nunca es exacta, si no probable- podría valerle la libertad a Felipe Sanzio, el hijo del intendente de Baradero, detenido por el crimen de un productor porcino.
Según fuentes judiciales, los forenses que trabajaron sobre el cadáver de Gustavo Desimone establecieron el intervalo de muerte entre las 7:02 y 7:09 del 30 de agosto. Una cámara de seguridad, que registró el sonido de una detonación, a las 7:04, refuerza la conclusión de los médicos. Sin embargo, fuentes con acceso al expediente comentaron a este medio que la ventana de horario del homicidio va de las 5.30 a las 10.
Según una planilla de la empresa automotriz en la que trabaja Sanzio, en Zárate, y a la que accedió Infobae, el joven de 19 años se subió en el micro de la compañía a las 6:10 para regresar a su casa de Baradero. Es decir, a una hora de distancia. De acuerdo la información, el micro se detiene a una cuadra de su domicilio.
De ser así, cuando los ladrones sorprendían a Desimone en su casa del barrio Colonia Suiza, a metros de la ruta provincial 41, Sanzio supuestamente estaba dentro el vehículo que lo trasladaba a él y a un compañero que la defensa presentó como testigo.
Sin embargo, la data de muerte roza su horario de llegada a la casa.
Esta nueva prueba aportada al expediente en las últimas horas aporta tranquilidad al entorno del hijo del intendente Esteban “Tito” Sanzio. “Felipe está tranquilo porque no tiene nada que ver”, había deslizado en diálogo con Infobae su abogado Horacio Gustavo Velaz. La defensa dice tener pruebas contra la acusación de la fiscal Viviani de la UFI N°7 de San Pedro, que incluye a los otros tres imputados: Fabián “Del Sol” Fernández, Matías Brey, y Ramiro “Chinito” Rey Bacareza.
El cuerpo de Desimone fue hallado en su casa del barrio Colonia Suiza, a metros de la ruta provincial 41, en la zona rural de Baradero el 30 de agosto último. El cadáver estaba maniatado con las manos por detrás, con la cabeza cubierta y con un balazo por debajo del omóplato derecho de una escopeta. La primera hipótesis fue que al empresario lo mataron para robarle una suma importante de dinero. Al final, todo derivó en ese sentido.
El arresto del joven de 19 años y sus presuntos cómplices se dio tras la declaración de un testigo clave que reveló información detallada del plan de la banda, quiénes estarían involucrados y el rol que llevó a cabo cada uno de ellos. Cuando fue indagado, Sanzio “negó todo”, dijeron sus abogados.
El testigo detalló que fue el primero el que les dio el dato clave para que concretaran el robo. Según consta en parte del expediente al que también accedió este medio, Fernández les reveló los datos al menos cinco días antes en una reunión que mantuvieron. En ese cónclave, les dio fotografías y datos de dónde y cómo actuar. Asimismo, el documento judicial reveló que la banda ingresó a la casaquinta del empresario con una escopeta calibre 16, tipo pistolón. Antes de irse, le dispararon y lo mataron para asegurar impunidad.
Los datos aportados por el testigo fueron corroborados por la fiscal, indicaron.
Por último, constan en la causa imágenes de cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones a la propiedad de la víctima. Los videos registraron a tres personas que circulaban en dos motos por la zona a las 6:20, cuando el hijo del intendente -según la planilla- estaba en el micro de regreso.