Mientras la Justicia intenta dar con los agresores de Lautaro Alvaredo, el chico atacado a golpes a la salida de un boliche de Gregorio de Laferrere, habló la familia de Ian Noguera Galeano, el principal acusado por el ataque. “Él patea una jarra”, sostuvieron.
El salvaje episodio ocurrió en la madrugada de este lunes. Comenzó con una discusión en el interior del local bailable “Cyrux”, ubicado en Luro al 5700, en el cruce con Pedro Obligado. Uno de los amigos de Lautaro tuvo un altercado con otro joven que escaló a tal punto que el personal de seguridad tuvo que intervenir y los expulsó del lugar. Parecía que todo finalizaría allí. Sin embargo, la disputa continuó a las afueras del establecimiento, donde ambos grupos se enfrentaron en una pelea.
Una cámara de seguridad registró parte de lo ocurrido. En las imágenes se observa a tres jóvenes lanzándose trompadas y patadas. Segundos después se suman otros más a la gresca. Hubo corridas, forcejeos y más golpes. Y en el medio, quedó Lautaro, enfrentado con dos personas. En ese contexto, la víctima fue agredida y cayó al suelo, momento en el que le propinaron una patada en la cabeza, de manera similar a lo que le sucedió a Fernando Báez Sosa aquel 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
El joven fue trasladado al Hospital Germani, en Laferrere, desde donde lo derivaron a la Clínica Mariano Moreno, en el partido de Moreno, donde permanece actualmente internado con muerte cerebral. La familia espera un milagro, pero con su diagnóstico los pronósticos no son alentadores.
La Justicia logró identificar a los autores del hecho, quienes permanecen prófugos. Se trata de Noguera Galiano y Román Faray, señalado como el joven que le pega un golpe en la nuca a la víctima, cuando intentaba reincorporarse.
Mientras es intensamente buscado, la familia del principal acusado intentó defender al joven. En ese sentido, el padrastro de Ian rechazó que le haya pegado una patada en la cabeza a la víctima al decir: “Él no le pegó ninguna patada, se ve lo que patea”. Más adelante en el relato, planteó que su hijastro golpea una “jarra”.
“Acá tenemos nosotros el video y vemos perfectamente la patada que dicen que es fulminante, se ve claramente que cuando vuela una jarra, que el no patea la cabeza del nene, él patea una jarra”, expresó en hombre en un diálogo con Telenoche (El Trece).
Frente a la insistencia de los periodistas de que el joven se entregue, el familiar aseguró que “no se va a presentar hasta que no se pueda aclarar esto”. Pese a que alegó que “no sabe dónde está”, luego planteó: “¿Cómo lo vamos a entregar, así como está, como lo proponen?”. “¿Por qué se va a presentar si no tenemos nadie que nos asesore?”, sumó luego.
Según la familia Noguera Galeano, los hechos se dieron de una manera distinta a la establecida por la Fiscalía. “No era un grupo, eran dos y una nena y ellos salen a pegarle a ellos. Lamentablemente, se defendieron”, indicó.
Al respecto, mencionó que, desde su punto de vista, las personas agredidas que se ven en el video son su hijo y Román Faray, a quienes “les estaban pegando”. “A Ian le están pegando entre tres, se ve claramente”, señaló.
Tras realizar una breve investigación, la Justicia piensa otra cosa. La investigación del caso está en manos del fiscal Matías Folino, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI), Temática Homicidios Dolosos del Departamento Judicial La Matanza. Ya se realizaron varios allanamientos. Uno fue a la casa de Noguera Galiano. Fue defendido públicamente por su madre.
En ese momento, la mujer reconoció que hubo un conflicto dentro del boliche y que su hijo fue el que le rompió un anteojo a otro joven. “Le empezaron a reclamar (el dinero de los lentes) y se pelearon”, contó y se refirió a lo sucedido como “una desgracia”.
La familia Alvaredo, por su parte, exige justicia por el ataque que le provocó a su hijo una muerte cerebral. “No se lastima a una persona de esa forma. No hay ninguna lógica que entre en la cabeza de alguien normal lastimar así a otra persona. ¿Por qué no le pegaron una patada en el culo, en la pierna, en los brazos? O quizás una piña en la boca que demuestre que ellos eran más guapos que mi hijo cuando él no se defendió. ¿Por qué lo intentaron matar? No lo entiendo”, expresó Diego Alvaredo, el padre de la víctima en la puerta de la clínica.