Poco antes de las dos de la madrugada del lunes Diego Alvaredo recibió un mensaje de su hijo Lautaro por última vez. Sin siquiera imaginar lo que pasaría luego, el joven de 19 años le había escrito para contarle su plan de esa noche y dejarlo tranquilo. “Hola pa, te venía a decir que acá está todo bien”, le envió desde el boliche “Cyrux”, ubicado en Laferrere, partido de La Matanza, donde más tarde fue víctima de una pelea que le causó la muerte.
El intercambio fue a través de WhatsApp y ocurrió a la 1:47, cuando el adolescente inició la conversación con su papá mientras ya se encontraba por ingresar al local bailable que luego se convirtió en escenario de la tragedia. Esa noche, a la salida, un grupo de chicos lo atacó a golpes y en medio de la golpiza, este recibió una fuerte patada en la cabeza que le provocó muerte cerebral.
Tal como solía hacer al comienzo de sus programas con amigos, Lautaro había enviado un mensaje a su familia para avisar dónde estaba y despedirse hasta el otro día. Sin embargo, esta vez, ese chat resultó casi premonitorio.
Tras el primer mensaje del joven indicando que no había de qué preocuparse, la respuesta fue en modo paternal: “Dale, ¿dónde estás?”, le consultó a la 1:54. Menos de un minuto después ya le había contestado: “En frente de la plaza de Laferrere. Un boliche que se llama Cyrux”, le comentó su hijo.
“Bueno, cuidate y alejate de los problemas”, fue la recomendación que le hizo su padre antes de finalizar la pequeña charla. Lautaro le contestó: “Si, dale pa. Un beso”.
El chat entre ambos fue publicado por Diego Alvaredo en sus redes sociales luego del violento episodio que ocurrió horas después de esos mensajes, cuando el adolescente fue víctima de una pelea a la salida del boliche. “El último mensaje de mi hijo. ¿Por qué es tan injusta la vida?”, posteó en su cuenta de Facebook junto a la captura de la conversación.
En diálogo con C5N el hombre hizo su descargo: “Me lo mataron. Creo que era la tercera o la cuarta vez que Lautaro salía a bailar. Yo le pedí que, por favor, me avisara que estaba bien, esa era la condición para que no tuviese problemas, pero me lo mataron igual. La ambulancia no venía y un patrullero no lo quería llevar”.
“Estuvo 14 horas esperando que venga la ambulancia de UTA, todo porque faltaba un papel, que no habíamos hecho la denuncia y que faltaba esto y aquello. Hoy tendría que estar vivo”, agregó.
La golpiza a Lautaro Alvaredo
El hecho fatal ocurrió aproximadamente a las 6 de la mañana del lunes, cuando el personal de seguridad del boliche intervino en un altercado que uno de los amigos de la víctima tuvo con otro individuo. El conflicto se trasladó a las afueras del establecimiento, donde ambos grupos se enfrentaron en una pelea.
Una cámara de seguridad registró parte de lo ocurrido. En las imágenes se observa a tres jóvenes lanzándose trompadas y patadas. Segundos después se suman otros más a la gresca. Hubo corridas, forcejeos y más golpes. Y en el medio, quedó Lautaro, enfrentado con dos personas. En ese contexto, la víctima fue agredida y cayó al suelo, momento en el que le propinaron una patada en la cabeza, de manera similar a lo que le sucedió a Fernando Báez Sosa aquel 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
El joven fue primero llevado al Hospital Germani, en Laferrere. Posteriormente lo trasladaron a la Clínica Mariano Moreno, en el partido de Moreno, donde permanece actualmente internado con muerte cerebral.
El médico Alejandro Cilento contó que el joven llegó derivado en ambulancia y en el traslado “presentó varios episodios convulsivos que fueron tratados”, aunque “ingresó con un deterioro de la conciencia profundo”.
Mientras tanto, avanza la investigación del caso, a cargo del fiscal Matías Folino, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática Homicidios Dolosos del Departamento Judicial La Matanza.