Los vecinos del Departamento de San Ignacio, en Misiones, se acercaron a la enorme mole sobre ruedas que Gendarmería había trasladado desde el control en el Peaje Santa Ana, sobre la Ruta Nacional N°12. Miraban asombrados como, entre las maderas, los agentes en uniforme verde sacaban una cantidad enorme de paquetes de marihuana. En total, fueron 8.868 panes que, luego, fueron dispuestos sobre el piso de un gimnasio del Escuadrón apostado en la zona, con el fin de contabilizarlos.
La lluvia que caía en el momento del hallazgo sobre el kilómetro 1.375 de la ruta motivó que esa tarea se haga en la dependencia de la fuerza de seguridad y no sobre la calzada donde fue descubierto el cargamento por la perra antinarcóticos Laika, indicaron fuentes del caso a Infobae.
Todo comenzó cuando, en un control vehicular, los gendarmes inspeccionaron el transporte procedente de Capioví, también en Misiones, con destino la provincia de Buenos Aires, según indicaron los voceros.
Luego de observar unos paquetes ocultos entre las tablas, fueron alertados por la reacción de la perra, que marcó la presencia de estupefaciente. La sospecha se acrecentó con las imágenes del escáner móvil de la fuerza de seguridad, que mostraron material orgánico en la carga.
Laika, de ocho años de edad y raza Ovejero Belga Malinois, había acertado: los gendarmes de la Sección “Jardín América”, dependientes del Escuadrón 11 “San Ignacio”, revisaron los cajones de madera y encontraron la droga al mover las tablas. Con la evidencia ante sus ojos, arrestaron al chofer del camión, oriundo de Necochea.
El hallazgo derivó en el traslado del vehículo hasta la Unidad, donde los efectivos desarmaron los cajones ante testigos. Los paquetes que descubrieron ante el público local eran de diferentes dimensiones y estaban envueltos en nylon. Dentro: una sustancia vegetal similar a la marihuana, detallaron las fuentes consultadas por este medio.
Las pruebas de campo Narcotest realizadas sobre las muestras obtenidas, arrojaron resultado positivo para “cannabis sativa” con un peso total de 6.797 kilos 56 gramos, acondicionados en 289 bultos y 8.868 “ladrillos”, valuada en $6.287.743.000, de acuerdo al aforo aduanero
En el caso intervino el Juzgado Federal y la Fiscalía Federal de Oberá, quienes dispusieron que se labren las actuaciones de rigor y se proceda con el secuestro del camión y de la totalidad de la mercadería en infracción a la Ley 23.737 de “Tenencia y Tráfico de Estupefacientes”.
El conductor del camión, un hombre mayor de edad, continúa detenido en carácter de incomunicado.
Esta no es la primera vez que Laika tiene una actuación destacada durante un operativo. En octubre pasado, el mismo Escuadrón, al controlar el baúl de un vehículo que trasladaba dos ruedas como auxilio, notaron que una de ellas no poseía el obús de la válvula o pico de inflado.
Al observar ese detalle, los uniformados emplean al can detector de narcóticos. Al iniciar la inspección, la perra comenzó a marcar con rasguños la cubierta sospechosa y el piso de la parte trasera del Fiat modelo “Linea”.
Minutos antes, su conductor, un joven, mencionó viajar con destino la zona sur de la provincia de Buenos Aires. La fiscalía Federal de Posadas ordenó que el auto sea sometido al escáner con el fin de corroborar la existencia de otros lugares donde podría haberse ocultado estupefacientes, dado los cambios de actitud del animal al recorrer el auto.
Más atrás en el tiempo, el septiembre de 2017, durante una inspección en la bodega de un ómnibus, Laika detectó que había una sustancia sospechosa en una caja. El resultado: tres matafuegos medianos, con soldaduras y pintura reciente, y cinco kilos de marihuana en su interior.