La Justicia resolvió dictar la prisión preventiva contra los dos hombres acusados de haber asesinado de un balazo a un mecánico en Ituzaingó. Luego de que se confirmara la medida, los presuntos agresores fueron trasladados a un penal bonaerense, en donde permanecerán alojados hasta que sean sometidos a un juicio oral.
El juez de Garantías 4 de Morón, Marcelo Manso, resolvió que los detenidos por el crimen de Ariel Charrutte sean trasladados a una unidad penal, mientras continúa el proceso de instrucción penal en su contra. Los detenidos fueron identificados como Daniel Augusto Luquez (26) y Juan Rodríguez (30), quienes habrían sido los delincuentes que habrían herido de muerte a la víctima el pasado 26 de septiembre.
Después de que los autores del homicidio se dieran a la fuga, la aprehensión de Luquez y Rodríguez fue resultado de las ruedas de reconocimiento en las que participaron, en donde fueron identificados como los partícipes del ataque por cuatro de los testigos convocados al proceso.
Frente a esto, los acusados negaron haber participado del hecho en la indagatoria a la que fueron citados por la fiscal a cargo de la investigación, María Laura Cristini, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°2 de Ituzaingó. No obstante, estos se rehusaron a responder las preguntas de la funcionaria pública.
Según la información obtenida por Télam, ante la negativa de los detenidos a declarar, Cristini los imputó por el delito de homicidio agravado criminis causa. Además, la representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) le solicitó al juez de Garantías que los sentenciara a cumplir una prisión preventiva, para evitar obstrucciones a la Justicia o el riesgo de fuga, ya que se encontraban prófugos desde el momento en el que atacaron al mecánico.
A pesar de que todavía quedarían tareas a realizar antes de dar por finalizado el proceso de instrucción, los investigadores señalaron que el posible autor material del crimen sería Luquez. La sospecha de que habría sido él quien efectuó el disparo nació del allanamiento realizado en su vivienda, debido a que encontraron un revólver calibre .38.
Luego de que el arma de fuego fuera secuestrada, ésta fue sometida a una pericia balística que confirmó que la bala que le arrebató la vida a Charrutte provino de esa pistola. De esta manera, éste resultado coincidió con el informe de la autopsia que determinó que la víctima tenía un “orificio redondeado con halo de contusión interciliar compatible con orificio de entrada de proyectil de arma de fuego, incautándose el elemento productor alojado en cuero cabelludo el cual resulta ser proyectil calibre .38 apto para futuro cotejo”.
Según la necropsia que le realizaron al cuerpo del hombre asesinado, la herida de bala derivó en su fallecimiento, puesto que sufrió un “sangrado intracraneal producido por herida de proyectil de arma de fuego en el cráneo”, en referencia a que el objeto de plomo quedó alojado en el interior de la cabeza tras ingresar por el ojo izquierdo.
El hecho ocurrió la noche del 26 de septiembre, cuando la víctima se encontraba con un colega en su taller mecánico ubicado en la calle Caaguazú 2500, en la zona sur de la localidad bonaerense de Ituzaingó. En ese momento, ambos fueron testigos de cómo dos ladrones armados robaron una motocicleta marca Gilera a un kiosquero de la misma cuadra.
Los delincuentes no habían logrado encender el vehículo y se la llevaban a pie, por lo que Charrutte y su socio los persiguieron en una moto Corven Triax de 150 cilindradas en un intento de evitar que se la llevaran. En respuesta, los agresores abandonaron la moto Gilera y les dispararon a los mecánicos, mientras se escondían detrás de un árbol.
Finalmente, los ladrones escaparon con la moto Corven Triax de la víctima, con la cual realizaron un recorrido de cinco cuadras hasta que decidieron abandonarla junto a dos camperas que presuntamente habrían sido de su propiedad. De esta manera, permanecieron prófugos hasta el lunes pasado, cuando fueron detenidos en la localidad de Parque San Martín, ubicada en el partido vecino de Merlo.